1. Hago lo que sea por una pija


    Fecha: 29/07/2019, Categorías: Infidelidad Autor: ámbar coneja, Fuente: CuentoRelatos

    ... mujer le dijo sin reparar en mis oídos atentos:
    
    ¡dejala de mirar Piti, es una putita roñosa, no te calientes con esa pendeja… aparte, tiene carita de que le gusta mamarla!
    
    El Piti era mi vecino, y pese a que no tengo trato con él, me caía bien porque es gracioso.
    
    Pero esa tarde me dediqué a provocarlos, a él y al marido de la mujer cada vez más incómoda.
    
    Mordía el sorbete de la gaseosa, abría las piernas intentando rozar las del hombre, hacía burbujitas con la bebida, meneaba las lolas, le miraba el bulto al pibe y le sacaba la lengua al tipo. O sea que, lo inevitable sucedería tarde o temprano.
    
    ¡se puede saber qué hacés acá trolita? Qué tantas caritas a mi marido, te lo querés mover?!, dijo la mujer cuando yo me ponía el vaso frío entre las piernas y me mordía los labios. Ese jueguito me estaba gustando!
    
    La mujer se levantó enfurecida diciendo que iba al auto a cambiar al bebé, y entonces el tipo murmuró:
    
    ¡mirá pendeja, no sé qué andás buscando, pero si querés guerra la vas a tener… así que si tenís con nosotros, más vale que hagas todo lo que se te pida!
    
    Tras aquella frase se puso de pie para ir a pagar lo que se debía, mientras yo me sentaba a upa del guachito para frotarle el culo en la pija, la que ya tenía una dureza palpable, y lo dejé que me toque las tetas.
    
    Enseguida los tres caminábamos rumbo al auto en silencio, y la mujer estalló en un ataque de nervios al verme entrar por la puerta trasera junto al Piti.
    
    Hubo una discusión violente ...
    ... entre ellos, y no llegué a ver si Rodrigo le pegó a su esposa. Pero la escuché lloriquear y maldecirme. Entonces Rodrigo arrancó el auto mientras el Piti me manoseaba las gomas, y cuando quise acordar ya éramos parte de la caravana de autos que se movían feroces por la ruta.
    
    El flaco manejaba zigzagueando, por momentos como si quisiera llegar a algún lugar con urgencia. En un momento quise meterle las manos adentro del pantalón al pibe para sacarle la pija y hacerle un pete, pero él me lo impidió presionando mis muñecas con sus dedos fuertes, hasta que sentí un dolor insoportable.
    
    La mujer no estaba de acuerdo con mi presencia.
    
    Pronto Rodrigo frena de golpe y me grita:
    
    ¡vos quedate tranquila putita, y ni se te ocurra sacarle el seguro a la puerta!
    
    Luego le dice a su mujer:
    
    ¡y vos basta de mariconear… o preferís que toda tu familia se entere que te curtís a tu hermanito? Pedazo de trola!
    
    Yo me estaba comiendo mal al pendejo, con besos de lengua fulminantes, cuando él aclaró en medio del barullo:
    
    ¡uuuuy, síii, no sabés cómo chupa la verga mi hermana… encima, antes de ayer se mandó una ronda de petes conmigo y tres amigos… se traga la leche sin drama, y le gusta que le acaben en las tetas!
    
    No soporté tamaña confesión, y lo pajeé sin mesura sobre la ropa mientras le paseaba la lengua por toda la cara y gemía descontrolada, sintiendo mi bombacha hecha sopa junto a mi sexo.
    
    Hasta que el Piti comenzó a estremecerse, a sudar y a babearse como un borracho, ...
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