1. Un favor sexual: Admina, Mamadou y yo en un trío interracial


    Fecha: 01/08/2019, Categorías: Erotismo y Amor Autor: Quique., Fuente: CuentoRelatos

    ... cama. Sus espasmos de placer y sus gemidos hicieron que no pudiese aguantar más. Quise quitar la polla, pero Admina, al sentir los latidos de mi polla dentro de su coño, echó sus manos a mi culo, lo apretó contra ella, y nuestros jugos se mezclaron.
    
    "We can work it out", sonaba en el tocadiscos cuando nos dimos la vuelta, y me dijo:
    
    -Nunca imaginé que un polvo pudiese llegar a ser tan dulce. Eres un amante increíble.
    
    Con falsa modestia, le respondí:
    
    -Se hace lo que se puede, aunque me gusta más que me hagan que hacer.
    
    Admina me besó en la boca, en las tetillas, cogió mi polla y la mamó unos minutos para ponerla dura... Subió encima de mí, y besándome me folló despacio, muy, muy despacio.
    
    Media hora más tarde, al sentir que se iba a correr, volvió apretar mi culo contra ella, y me dijo:
    
    -Quiero tener un hijo tuyo.
    
    Me acojoné. Aquello pintaba mal.
    
    -¡¿Te has vuelto loca?!
    
    -No, quiero tener un hijo tuyo.
    
    La hostia fue que sus palabras me excitaron tanto que comencé a correrme dentro de ella, Admina, al sentir mi leche calentita dentro de ella, besándome con dulzura, también se corrió. Esta vez sus gemidos los ahogó en mi boca. Mentiría si dijera que no fue una de las corridsa más largas de las que he tenido en toda mi vida.
    
    Al acabar, Admina, se levantó de cama, tomó un pequeño trago de whisky de su copa, y me dijo:
    
    -¿Tienes música sexy para bailar? Barry White no estaría mal.
    
    -Tengo algo mejor.
    
    Quite los LPes de los Beatles y puse el ...
    ... single, en vinilo, "Jet t´aime... moi non plus" de Jane birkin y Serge Gainsbourg. Al girarme, Admina, dándome la espalda y echando los brazos alrededor de mi cuello, bailó contoneándose y frotando su duro trasero contra mi polla. Giraba la cabeza y me besaba sin moverse del sitio. Yo, que era algo más bajo que ella, magreándole las tetas, le metí la polla, a media asta, en el coño y dejé que me la pusiera dura con sus contoneos... A punto de acabarse la canción, por tercera vez, algo más de 11 minutos después de haberla puesto, me corrí dentro de ella. Cuando terminé de correrme, Admina, con unos tremendos reguerones de jugo bajando por el interior de sus muslos, me dijo:
    
    -I´m coming again.
    
    Se corrió entre dulces gemidos y sin parar de besarme.
    
    Al acabar se mandó todo el whisky de la copa de un trago. Resultado, a los cinco minutos estaba durmiendo la mona en mi cama.
    
    Desperté a las seis de la mañana al sentir que alguien subía encima mí. Era Admina. Esta vez me cabalgó al trote. Al correrse me volví a correr dentro de ella.
    
    Después de corrernos, me dijo:
    
    -Me tengo que ir. Empiezo a trabajar a las siete de la mañana.
    
    Se vistió. Yo me puse la bata. La acompañé a la puerta de la casa. Me dio un beso y se fue a trabajar. Era enfermera en el Wet Park, otro de los hospitales de enfermos mentales que había en Epsom, que eran tres El West Park, el Manor y el Horton.
    
    Admina y yo follamos una docena de veces más sin que lo supiese su marido. Después de una de ...
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