1. Un favor sexual: Admina, Mamadou y yo en un trío interracial


    Fecha: 01/08/2019, Categorías: Erotismo y Amor Autor: Quique., Fuente: CuentoRelatos

    Aminata era negra como la noche, tenía 23 años medía casi un metro ochenta, y llevaba casada 3 años con Mamadou, un senegalés de 25 años, negro y alto como ella, muy fuerte, que jugaba conmigo en el equipo de fútbol del hospital Manor de Epsom, en Inglaterra, un hospital de enfermos mentales. Un día después de un partido, en el bar del club del hospital, sentados los dos a una mesa frente a una pint de lager, yo, y un tomato juice, Mamadou, me dijo:
    
    -Te quería pedir un favor, Garsia.
    
    -Si es de dinero no me lo pidas, ando tieso.
    
    -No es de dinero, es un favor sexual.
    
    Me alarmé.
    
    -¡Quieto parado! Amigos sí, pero el culito por lo que vale.
    
    A Mamadou le entró la risa floja.
    
    -No, hombre, el favor se lo harías a Aminata, mi esposa. Quiere saber qué se siente al hacerlo con un blanco.
    
    En la España de 1974, aquello, si se supiese, sería un escándalo de proporciones bíblicas, por eso, extrañado, le pregunté:
    
    -¡¿Y tú le consentirías que follase conmigo?!
    
    -Claro que sí. La quiero, por eso deseo que tenga todo lo que desee.
    
    Estaba visto que aquella era otra cultura, y Mamadou y su esposa habían nacido en Inglaterra.
    
    -¿Y crees que soy su tipo?
    
    -Sí, te conoce de vista.
    
    -¿No será esa morenita delgadita tan guapa que bajó de tu coche el otro día?
    
    -La misma, la de las piernas interminables. Se llama Adminata. ¿Qué le digo?
    
    -Si la cosa no trae rabo... dile que cuando quiera estaré a su disposición, pero en mi habitación, en la vuestra no me ...
    ... fío.
    
    -¿Por qué?
    
    -Te lo acabo de decir, por lo del rabo.
    
    Mi día libre era el miércoles. El martes por la noche estaba en el bar del club. Acababa de jugar una partida a los dardos con mi amigo Benny, llegó Mamadou, me llamó aparte, y me dijo:
    
    -Mi esposa está en su coche en el aparcamiento esperando por ti.
    
    Dejé por la mitad la cerveza y me fui del bar del club.
    
    Al llegar al aparcamiento vi a Aminata dentro de su Ford Capri amarillo. Al llegar a su lado quitó el seguro de la puerta de mi lado. Abrí la puerta, entré, me senté en el asiento del copiloto y cerré la puerta. Adminata me dio dos besos, uno en cada mejilla, y me preguntó:
    
    -¿Adónde?
    
    -Hook road. ¿Sabes dónde es?
    
    -Sí, paso todos los días por esa calle para ir a mi casa y para ir a trabajar.
    
    Aminata, llevaba unos aros grandes de oro en las orejas, tenía el pelo corto y rizado, unos ojos negros, preciosos. Vestía un vestido blanco que le daba por debajo de las rodillas, y que tapaba unas tetas que prometían. Sus zapatos eran blancos y sin tacón. Era un bomboncito de chocolate negro.
    
    Al poner el coche en marcha, para romper el hielo, le dije:
    
    -Estás muy guapa.
    
    -Gracias,
    
    -El perfume que te has puesto me encanta.
    
    -Es chanel número 5...
    
    Hablando de cosas intrascendentes llegamos a la casa donde nos íbamos a matar a polvos.
    
    Yo vivía en una habitación alquilada por la que pagaba 5 libras a la semana. Fuera un trastero. Le habían puesto unas escaleras de quita y pon. Lo habían ...
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