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Mi nuevo compañero
Fecha: 05/08/2019, Categorías: Gays Autor: afuentes, Fuente: CuentoRelatos
... viera mi espalda y comencé a contonearme. —No sé cómo llamarte ahora, me parecería raro decirte Charly. —Tienes razón, ahorita no soy él, soy ella. —Entonces te llamaré Karla. ¿Te parece? —Sí, me agrada. Carlos se puso de pie y fue a mi encuentro, le pedí que apagara la luz y que solo nos iluminara la luz de la televisión, le comenté que me sentía un poco apenado por no lucir totalmente femenina para él. Muy caballerosamente Carlos accedió a mi petición. Cuando estuvimos cara a cara estábamos del mismo tamaño gracias a los tacones, y tomándome de la cintura me plantó un beso muy cachondo, jalándome al final el labio inferior. —Me gustas mucho Karla. —Y tú a mí Carlos. Me gusta que seas un caballero. —Es lo menos que se merece una dama como tú mi vida. —Quiero aprender a ser femenina para ti. —No te preocupes, compraremos lo que haga falta, peluca, accesorios, perfumes, maquillaje. Lo que haga falta. —Hay muchas cosas de tu ex, es cosa de elegir que nos gusta a ambos y de ahí pues ya vemos que hace falta. —¿Te puedo preguntar algo Karla? —Sí, dime. —¿Quieres ser mi novia? —¿Es en serio? —Sí. En la calle seremos amigos, pero aquí en la casa quiero que seamos novios. —¿Quieres ser novio de Karla o de Charly? —De los dos. Me gusta cómo eres de hombre y me gusta cómo eres de chica. Aprendamos juntos. ¿Quieres? —Sí Carlos, sí quiero. Y sellamos nuestro noviazgo con un lento ya apasionado beso. Carlos comenzó a ...
... tocarme toda por encima del vestido, podía sentir sus manos en mis nalgas, en mi pecho, me besaba el cuello, realmente me sentía como una chiquilla. Tomé su verga con una mano, lucía muy grande, no supe si estaba más excitado que antes o era que apenas estaba dándome cuenta de sus dimensiones reales. Besé el pecho de Carlos, sus pezones, y casi de forma instintiva me agaché un poco para besar su vientre, y por último me puse de rodillas y mi cara quedó frente a esa grande y hermosa verga. Era una sensación nueva y rara a la vez, Carlos estaba con la erección a tope, tranquilamente mis dos manos juntas abarcaban toda su longitud, mientras que yo me sentía excitado como pocas veces, pero mi verga no estaba erecta, de hecho sentía que se contrajo, nunca me había pasado. Era como si mi cuerpo supiera que en ese momento yo no era un hombre, sino una hembra sumisa. Pero no era momento de pensar, sino de devorar ese pedazo de carne. Chupé la punta de la verga de Carlos, el olor era indescriptible, muy atrayente, olía a macho, empecé a metérmela en la boca para mamar pero no me cabía ni la mitad, así que por momentos mamaba lo que me cabía, por momentos la sacaba para pasar mi lengua por el resto de ella, no quería dejar un solo pedazo sin degustar. Después puse toda mi atención en sus testículos, aún olían al perfume del shampoo del baño que nos habíamos dado, chupé uno, luego el otro, pasaba la lengua sobre ellos, Carlos acariciaba mi cabello y suspiraba de placer, eso me ponía ...