1. Escuchando a mi hermana coger REAL


    Fecha: 05/08/2019, Categorías: Incesto Autor: Crystal69, Fuente: SexoSinTabues

    ... mano y la arrastré hasta la sección juvenil, porque la muy tonta estaba buscando tangas en la sección de niñas. —Bien, aquí está. Elige. Yo iré a ver que más hay por allá. Mamá me encargó comprarle unos sujetadores. Mientras yo iba a lo mío, veía claramente a mi hermana que estaba tocando con las yemas de sus dedos la suave tela de las prendas. Estaba mirando unas con encaje, de color rojo, muy sexys y más que nada destinadas a noches de pasión. Noté el rubor en sus mejillas. Seguramente estaría imaginando cómo sería cuando tuviera la verga dentro de ella. Yo, por otro lado, me sentía responsable de cuidarla. Había depositado una gran confianza en mí y no debía de traicionarla. Le compré a mi madre dos sujetadores muy bonitos. Yo elegí unos boxercitos muy cómodos de algodón y volví donde Clarisa, que ya había escogido la tanga roja. —Está un poco transparente la telita —observó. —Hay, tonta, ni vas a durar con ella. Te la vas a quitar. —Listo, me llevo esta. —¿Me arrastraste hasta aquí sólo por una tanga? No seas… cómprate otras. Al menos un sostén que vaya a juego. —¿Ese rosado? Puse los ojos en blanco. La chica no tenía una sola idea de la moda. —Este rojo de acá, con encaje negro va muy bien con el tamaño de tus tetas. —Si voy a comprar mas, quiero esta que me gustó mucho. Ven. Se trataba de una tanga azul celeste con un bonito lazo rosado en la parte delantera. Ella la metió de inmediato a su cesto de compras. En total habrá comprado un total de tres tangas y tres ...
    ... sujetadores. Ya tendríamos bastante qué explicarle a mamá cuando viera el nuevo estilo de ropa interior que la florecita de la casa pensaba usar. Cuando salimos, Clarisa ya se veía mas dueña de la situación. No le dimos importancia a una vieja sesentona que nos miró con un ceño fruncido, porque, no sé si me crean o no, pero en mi país no está muy bien visto que jovencitas como mi hermana anden con una delicada telita entre los glúteos. En cierta forma existe todavía retraso en ese aspecto. Y ni hablar de playas nudistas. Recuerdo haber leído en las noticias cuando unas españolas, que estaban de vacaciones en nuestras playas, hicieron topless y les llamaron la atención. —Espérate un momento —le dije a Clarisa y la llevé a la farmacia. No había ningún cliente. —¿Qué hacemos acá? —Te compraré algo. El encargado, un chico guapo de menos de treinta años, apareció con una bonita bata blanca desabrochada. Creo que incluso Clarisa se sonrojó. La barba descuidada y los ojos negros indicaban un origen extranjero. —¿Sí? —Este… ¿tienes lubricante vaginal? Con toda profesionalidad (¿Qué esperaban? ¿Qué se me insinuara?) fue a un aparador para buscar lo que le había pedido. Entre tanto Clarisa, sonrojada, me taladró con la mirada. —¿Qué haces? —Lo vas a necesitar —le afirmé. Se enojó, claro, pero yo no le di importancia. El hombre nos trajo tres diferentes marcas de lubricante. Entre tanto, Clarisa, haciéndose la desatentida, se estaba paseando por la farmacia. Yo elegí un lubricante con sabor a ...
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