1. El coleccionista, mi historia


    Fecha: 05/08/2019, Categorías: Gays Autor: dulces.placeres, Fuente: CuentoRelatos

    ... llegué a mi piso y ahí estaba el, parado en la puerta de mi departamento, no sé cómo había llegado hasta ahí, tampoco me importaba, su figura varonil me recibía con una sonrisa perversa en los labios, sosteniendo entre sus manos una botella de vino espumante, me dijo que era para reparar lo de la semana pasada.
    
    Ingresamos y mientras ponía la bebida en el refrigerador, el me confesaba que su relación de pareja vivía en permanente turbulencia, y que yo no tenía nada que ver en su huida, es más, él quería terminar lo empezado.
    
    Fue cuando tomé la iniciativa avanzando a su encuentro, por sorpresa lo besé profundamente en la boca al tiempo que lo hacía recular contra una de las paredes, entre los dos sacamos su ajustada remera y su pecho musculoso y lampiño quedó ante mis ojos, precioso, empecé a besarlo por todos lados, a morderle los pezones hasta hacerle erizar la piel, me arrodille, solté la hebilla de su cinto, era tiempo de bajar su jean, nuevamente compartimos el trabajo entre los dos, y mi Dios, era increíble, sentí lo que otros sentían a ver mi verga, porque la suya era terriblemente imponente, haciendo pasar mis dieciocho centímetros desapercibidos, no parecía normal, y me engolosine acariciándola, sintiendo su grueso tronco venoso latir entre las yemas de mis dedos.
    
    No tardó en elevarse amenazante, pelé su glande y empecé a lamerlo con esmero, tratando infructuosamente de meterlo en mi boca mientras lo masturbaba con ambas manos, empezamos un inocente forcejeo, ...
    ... Pedro trataba de que se lo comiera profundo, pero a mí no me entraba, a pesar de todas las ganas que tenía de devorarlo, es que era demasiado. Fue entonces cuando lo llevé hasta la mesa y lo hice recostar sobre ella, con las piernas colgando a ambos lados, tomé una silla y me senté al medio, era mi turno de ser malo…
    
    Con mi mano derecha tomé su anguila y la pelé bien, apretándola contra la base, cerca de sus testículos, entonces empecé a besársela, en la parte inferior del glande y apenas un par de centímetros más, su centro de placer, mientras lo miraba fijamente, solo pasaba la lengua con la presión suficiente para enloquecerlo, provocándole ese deseo incontenible de eyacular, pero con la suficiente cadencia como para mantenerlo en la cima sin llegar al final. Pedro se retorcía de placer, incluso no podía mantenerme la mirada, seguí en esa tortura infinita unos diez minutos, solo pasando mi lengua y los labios por su zona más sensible.
    
    Mi excitación creció al notar que una gota blancuzca se asomaba por la punta de su verga, anunciando el principio del fin, pero yo seguí en mi juego, poco después un líquido sabroso empezó a emanar, chorreando hacia abajo a lo largo de su preciosa pija, pasando por mis labios y por mi mano.
    
    Solo seguí y seguí sin apurar el ritmo, en mis labios tenía el sabor exquisito de su sexo, hasta que el volcán estalló, como lava caliente, incontenible, los chorros de leche saltaron descontrolados, manchando todo lo que estaba a su alcance, su ...
«1...3456»