1. Maribel, mamá; Sofía, hija; y Carolina, tía.


    Fecha: 06/08/2019, Categorías: Lesbianas Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    ... estaba mi hermana. “¡Perdón!”, dijo al verme en tal situación y cerró la puerta. Yo rápidamente me levante y me quería apresurarme a dejar la tanguita de mi sobrina en su sitio. De nuevo y de golpe se abrió la puerta de golpe y era mi hermana entrando rápido hacía mi y enojada. “¿Qué haces?”, me dijo mirándome las manos en las que yo trataba de ocultar la tanguita. “¿Qué haces con la tanga de Sofi, Carolina?” Yo me quería morir. Me habían descubierto in fraganti y no podía disimular ni mentir. La vida me había enseñado que lo mejor en estos casos es decir la verdad. “Perdóname, Maru”, dije bajando los ojos y roja como un tomate y mientras trataba de subirme mi propia tanga. “¡Te estabas pajeando con la tanga de mi hija! ¡Hija de puta!”, me increpó. “Perdóname…”, balbuceé de nuevo. “Pero…¿por qué?”, preguntó ella. “Mi vida, perdóname. Estaba tan caliente…. ”, dije. “¿Te pone caliente Sofi?”, me preguntó. De pronto había bajado el tono y ya no era de reproche, sino que empezaba a ser de curiosidad. Vi una puerta de esperanza. “Si Maru, mi amor, lo siento…Me gustan las mujeres y tu hija no es una excepción…. ”, dije. “Pero si es muy nenita”, argumentó. “Maru, vos sabes que no es una nena y que está en la edad en la que el sexo te inunda todo”, la dije. “La verdad es que se puso tremenda”, dijo ella como pensando en alto. “¿Verdad?”, pregunté yo intentando buscar complicidad. De pronto, Maribel, cayó en la cuenta del tema de las bragas y me dijo: “Claro, así me faltaban mis ...
    ... bombachas y las de Sofi siempre”, se me quedó mirando. Yo no dije nada por lo que reconocía mi culpa. Pero siguio. “¿También yo te pongo cachonda?. ¿También te pajeas oliendo mis tangas?”, me preguntó un poco incrédula. “No sabes lo caliente que me ponen las dos. Si, claro, vos también. Muchas veces pense en que estábamos las tres y me muero de ganas. Claro que te deseo. Mucho más de lo que te imaginas…. ” Con los nervios de aquella situación y esa declaración a mi me dio por llorar como una loca. Maribel se apiadó de mi y me abrazó. “Mi amor, no llores…. no pasa nada”, y empezó a darme besos en la cara para calmarme. ”Shhhh, que no pasa nada. Yo te quiero mucho y esto podemos arreglarlo” ¿Arreglarlo?, pensé, que significa arreglarlo. En seguida lo entendí. Mi hermana empezó a besarme en la boca con besos suaves. Después fueron besos más apasionados. Poco después ya me estaba metiendo la lengua en la boca y me estaba empezando a sobar el culo. Yo creí estar en el cielo. Mi hermana no solamente no estaba enojada conmigo, sino que me correspondía. “Maru, cielo, ”dije yo, “como te deseo” “Y yo a vos, tonta. ¿Por qué no me lo dijiste antes?”, me preguntó. “No me atrevía, Maru”, ya nos reíamos. “Dale, vamos a mi cuarto”, dijo llevándome de la mano. Cuando llegamos, ella se puso frente a mi y empezó a desnudarme. “Maru, que feliz me haces”, le dije. “A mi, espero que, además de hacerme feliz, me hagas la mejor mamada que me hayan hecho nunca”. Entrábamos en el terreno del sexo ...
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