1. Maribel, mamá; Sofía, hija; y Carolina, tía.


    Fecha: 06/08/2019, Categorías: Lesbianas Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    ... explícito. “No lo dudes, mi amor. Soñe tantas veces en hacerte el amor”, dije. “El tiempo que perdimos”, me dijo. Ya nos habíamos desnudado una a la otra y nos tumbamos en la cama. Nos abrazamos y nos besamos profundamente. Después de un rato, ella empujo mi cabeza hacía abajo. “Veni, Caro, chupame la concha” No lo dudé. Nos pusimos en posición del 69. Por fin tenía ante mi aquello que tanto había deseado. Nos hicimos una mamada increíble y yo estaba a punto de acabar. “Espera, mi vida”, me dijo ella, se levantó y se fue. Yo no entendía nada. , pero antes de que la llamara para que volviera ya estaba de vuelta. Se acercó hasta mí y me puso algo en la cara. ¡Era la tanguita de Sofi! “Disfruta, hija de puta”, me dijo y metió su cabeza entre mis piernas y empezó a lamerme. Yo no lo podía creer. Mi hermana aceptaba y me proponía incluso que tuviera fantasías con su propia hija. Era la gloria. Tardé mi poco en correrme dando gritos y llamando a mi hermana y a mi sobrina. “¡Te amo!”, dijo Maribel. “¡Te amo, hermana!, le dije. “Ahora me toca a mi. Cómeme bien, puta”, me ordenó. Nos pusimos en posición y empecé a comerle la concha con todo el interés y cariño que tenía. Para mi sorpresa, Maribel agarro la tanguita de su hija, que habían quedado encima de la cama, y empezó a olerlas profundamente. Yo me quedé de piedra a la vez que encantada de aquello. “¡Que bien huele la putita!”, dijo. “¿Te gusta?”, pregunté. “Creo que me estoy enamorando perdidamente de mi hija”, asintió. ...
    ... Pasaron pocos minutos cuando Maribel acabo en mi boca susurrando “Caroooo. ahhhhhhh… Sofiiiiii…Las amooooo” Yo me incorporé y me abracé a ella. “Mi amor, lo que faltaba para todo fuera perfecto entre nosotras”, le dije. “Si, mi vida”, me contestó besándome en la boca. “¿Desde cuando te gusta Sofi?”, le pregunté directamente. "Desde hace mucho, Caro. Está tan buena la hija de puta”, dijo como si se relamiera. “Es verdad”, dije yo. “¿Te gustaria tener algo con tu hija?”, pregunté. “Ya me hubiera gustado, pero no me atrevi”, me dijo. “¿Pensas que le gustan las minas, como a nosotras?”, le pregunté. “Seguro. Ahora te cuento”, me dijo. A mi me dio un vuelco el corazón. “Contame”, pregunté impaciente. “Mira desde hace tiempo quiero hacer una cosa. Con esto que nos acabo de pasar, quizás sea más fácil”, dijo misteriosa. “¿El qué?”, pregunté ansiosa. “Mira”, dijo incorporándose un poco, “muchas veces entre en su cuarto y vi que cerraba Internet corriendo, pero a mi me dio tiempo a ver que eran páginas de lesbianas. Además, yo mire en el Explorador las direcciones que mira y siempre son de putas”. “Bien”, dije yo. “Se me ocurrio”, empezó a decir “¿Qué?”, pregunté otra vez ansiosa. “Mira como yo se que habla con sus amigas en el chat ese, el Messenger, y estoy segura de que estuvo con alguna, pense que yo, o vos, tengamos una relación de cibersexo con ella. Si es como pienso, sabremos si le van las putas y, lo mejor, hay que saber si tiene fantasías conmigo o con vos”, dijo. “¡Que buena ...
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