Me vio vestida de mujer y me rompió el culo en su camión
Fecha: 01/09/2017,
Categorías:
Transexuales
Autor: janet70, Fuente: SexoSinTabues
... sensación. - Ah, ah, ah, ah, así Lilo. Cogeme bien fuerte que me gusta y me duele. ¡¡¡Seguí cogiendome así de ricooo!!! - ¡Cómo te gusta que te rompa el culo putita! Ahí tenés por golosa. - Sí Lilo, haceme tu puta. Metémela fuerte mi amor. ¡Dame con todo lo que tengás! De pronto, levantó su torso y tomó de mis muñecas amarradas con mi tanga, elevando mis brazos lo más alto que pudo. - Pelotudooo, ¡me torces mis brazos! -Le respondí molesta. Ese dolor extra aumentó notablemente mi placer al máximo, mientras su pija entraba y salía a toda marcha. Me estaba incendiando de gusto y dolor a la vez. - ¡Cogeme así, hijo de puta que me matás! - Tomá putita, te lo merecés. -Me decía energicamente. - Sí, cojeme, cojeme más, que me muero. Por último tomó de mis caderas, y me dió una tremenda embestida con su gran pija en mi culo; me la metió hasta los huevos. - ¡AAAAAAhhhhhh! - Grité endemoniada al recibir el impacto. - Ahhh, ohhh, ohhh, ahhh, ahí va mi leche puti. Ahhh, ohhh, ohhh. ¡Qué rico! - Lilo exhalaba con fuerza, el aire de sus pulmones del magnífico placer que experimentaba al eyacular. Poco a poco su pelvis se movía más lentamente. Yo sentía su pija bien profunda y pausada dentro de mi culo. Tan profunda, que no podía percibir su semen dentro. Aunque mi diminuta cosita también largó un pequeño líquido preseminal. Fue muy natural. No lo pude evitar. Lógico que su verga se achicó y me la pudo sacar. Al no tenerla dentro y sin estar excitada, inminentemente apareció todo el dolor ...
... por dentro. ¡Qué dolor por favor! Lisandro me ayudó a levantarme, desató mis muñecas, y al sentarme, sentí mis piernas completamente entumecidas de adomercimiento, con ese molesto hormigueo por la falta de circulación sanguínea. Además tenía un tremendo ardor por dentro de todo mi recto. Casi ni me pude sentar de tanto dolor. Sin palabras de por medio, me alcanzó mi campera y la tanga. La campera ni me la puse porque hacia calor, pero cuando me puse la tanga y se me metió en la raya de mi culo, noté algo muy raro ahí. - Prendé la luz por favor. - Le pedí. Encendió la luz, pasé uno de mis dedos por mi orificio y al llevar mi mano frente a mi vista. - ¡Mirá boludo cómo destrozaste mi culo! ¡Me está saliendo sangre huevón! - Le reprochaba culpándole por todo. - Calma, es normal. - Me tranquilizaba - ¡Qué mierda va a ser normal si me lastimaste mi ano! - Le seguía regañando. Sacó de un cajón que tenía a mano, un rollo de cocina y me lo dió para que me limpiara. - Limpiate el culo. Ya vas a ver que es sólo un hilito de sangre, nada más. Muy desconfiada, extraje del rollo, dos paños para limpiarme, y noté que no fue una hemorragia como supuse. Volvimos en el camión prácticamente en silencio, cómplices de nuestro maravilloso pecado. Nuestras miradas se cruzaban porque tuvimos una experiencia colosal de sexo rico, cargada de mucha emoción y relajante satisfacción. En la puerta, impensadamente estaba sentado, uno de los albergados de la pensión. Tuve que ponerme la campera nuevamente ...