1. A mi mujer y a mí, nos hicieron el amor


    Fecha: 10/08/2019, Categorías: Confesiones Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... vestido así para ver que reacción causas entre los hombres. Les respondí que estaban locos y ahí quedó la cosa.
    
    Cuando estábamos en la cama, me preguntó: oye, y si hacemos lo que ellos dicen solamente por esa noche, ha de ser divertido verte vestido de mujer y bailar con un hombre, que te parece si lo hacemos, tú siempre tienes fantasías conmigo, ahora dame el gusto a mí. Le dije, y si alguno me reconoce, dijo que como era de disfraces yo me ponía un antifaz y peluca. Ahora creo que la idea me gustó tanto ese momento que mi mujer se dio cuenta e insistió dos horas en lo mismo hasta que me hizo decir que iba a pensarlo.
    
    Al día siguiente, sin yo saberlo, llamó a dos amigos gay y les dijo que estábamos dispuestos a hacer realidad la idea. Se pasaron toda la tarde buscando la ropa más apropiada para mí. Ya en la noche volvieron a la casa y empezaron su tarea de ponerme "bonita". Yo aún no lo creo, pero al terminar su tarea, me llevaron al espejo y casi me caigo de la sorpresa, no me conocía, el espejo me devolvía la imagen de una mujer que hasta yo estuve a punto de creerlo. La ventaja es que mis piernas y brazos no son musculosos, más bien como les dije antes, son delicadas.
    
    Les cuento que los gays me pusieron un vestido negro no muy ajustado que me llegaba hasta la mitad de los muslos, el sostén también negro lo rellenaron con dos senos postizos no tan grandes, unos aretes de pinza para orejas sin perforar, una peluca de pelo un poco ensortijado y por último casi fui ...
    ... obligado a usar una tanga de mi mujer también negra que cuando me agachaba se me metía un lado entre las nalgas y tenía que sacármela desde afuera del vestido, como hacen las mujeres, pero el espejo seguía reflejando unas nalgas bastante atractivas que hasta uno de ellos dijo, si tienes más nalgas que tu mujer. Lo completaron el atuendo con el antifaz.
    
    Sin alargar más el cuento, tengo que ser sincero y decirles que me gustó estar vestido así, aunque nunca imaginé que las cosas iban a llegar tan lejos.
    
    Entramos con mi mujer por la puerta de atrás del local vecino, junto con el dueño del mismo y nos fuimos directamente a la mesa que estaba nuestros amigos gays. El dueño del local había puesto unas luces sicodélicas rojas y la gente bailaba entre gays y en "parejas" . De pronto mis dos amigos gays salieron a bailar una música disco y se movían como mujeres, volvieron a la mesa a sacarme y yo no quise porque argumenté que no sabía si podría moverme como ellos lo hacían, dijeron que los observara.
    
    Al acabarnos una botella, perdí un poco mi vergüenza y salimos todos a bailar, mi mujer me dijo que haga sus mismos movimientos y así lo hice. Poco a poco fui bailando más desenvuelto y movía las caderas y el cuerpo como lo hacía mi mujer. En una de esas, vinieron a la mesa el señor de la semana anterior y otro amigo también trigueño. Saludaron a mi mujer y luego a nosotros. El señor mencionado que le gustaba mi mujer se sentó al lado de ella y el amigo a mi lado, se presentaron ...