Esclavo Primera vez
Fecha: 10/08/2019,
Categorías:
Bisexuales
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... hasta él, tome su verga en mis manos y por fin pude mamar tranquilamente, recorriendo con mi lengua toda su longitud, metiendo en mi boca sus testículos, buscando darle placer y probar cada parte de su anatomía masculina. Metía su glande en mi boca, intentaba meter la mayor parte de su verga en mi boca, pero era imposible. Él empujaba mi cabeza, haciendo que me dieran arcadas. Mientras me metía y sacaba su verga de mi boca, recorría el frenillo con mi lengua, como Nadia hace conmigo, y con una mano lo masturbaba, pero el recorrido con mi mano, era en verdad interminable, hubiera podido poner tres veces mi mano, una sobre la otra y apenas abarcar el tallo, se sentía raro masturbar una verga diferente, tan larga y tan gruesa, comparada con la mía.
Noté que estaba a punto de acabar y me preparé para recibirlos en la boca, aceleré el ritmo de la chaqueta, mientras notaba como su verga se ponía al máximo de dureza y grosor. Él hacía un esfuerzo por contener la venida, intentando prolongar al máximo el instante de placer que yo le daba, pero finalmente su resistencia cedió y una abundante descarga de semen me llenó la boca, lo tragué mientras una segunda descarga, menos abundante volvía a invadirme, la tragué también al ...
... tiempo que una tercera descarga, casi residual me regaló un poco más de sabor a macho, el gemía y yo usaba la lengua sobre su glande, lo que hacía que se retorciera. Exprimí las últimas gotas que no fluyeron con las descargas y me concentré en degustarlas. Su semen sabía distinto del mío, pero no podría decir con exactitud a que sabía…creo que más bien me invadía el sabor del morbo experimentado: finalmente meterme una verga en la boca, finalmente probar el semen de otro, estar a la disposición de sus fetiches más morbosos. Para esto mi verga estaba a punto de estallar, al máximo de dureza y babeante. Manuel quedó desplomado en su asiento, mientras yo recuperaba en mi boca las últimas gotas de líquido que escurría de su verga. –Muy bien putita, muy bien, mamas como todo un experto. La vamos a pasar muy bien. Por hoy terminamos-. Me vestí y salí, él no fue a despedirme…iba nervioso y tembloroso, con la verga aún en erección y todo el morbo por lo experimentado. Al llegar a mi carro viendo que estaba solitario el lugar me hice una chaqueta para liberar la excitación, que fue coronada con una de las venidas más descomunales que había tenido últimamente. Bajada la carga hormonal, vino la cruda moral por lo experimentado.