Nuestra amiga argentina de fin de semana con Pau
Fecha: 01/09/2017,
Categorías:
Incesto
Autor: dantraloco, Fuente: CuentoRelatos
... pedirle (como otras veces) que me haga acabar, porque no daba más, pero la turra me hace ¡desear!
Me dejo así un rato, bien caliente, hasta que me empieza a meter los dedos, la lengua y no tardo mucho en terminar acabando, ¡pero quería más! Yo solita, sin que ella me diga nada, me pongo arriba de ella (en un 69), y nos empezamos a chupar las conchas, y a acariciarnos las piernas, todo con mucha dulzura ¡y calentura a la vez!, hasta que acabamos ¡las dos juntas!
Así, empezó mi ¡sábado! Qué lindo despertar, nos ponemos unas remeras, nada más y nos vamos a preparar el desayuno /almuerzo. Nos pusimos a hablar un montón de cosas, que obvio a ustedes ni les va a interesar saber jeje.
Ya se habrían hecho las tres o cuatro de la tarde, y Pau me dice: “putita o linda, la verdad que no me acuerdo, ¿nos duchamos?”, me agarra de la mano y nos vamos a la ducha, pero siempre me sorprende con algo.
Abre la ducha, me agarra otra vez de la mano y nos metemos ¡con las remeras puestas!, y nos empezamos a besar, pero no despacio, nos metíamos las lenguas hasta la garganta y jugábamos con nuestras lenguas y ella con una de sus manos en mi coño, lo que hacía que yo casi inconscientemente habría las piernas, para que me pudiera acariciar más, no se a los 5 minutos ya estábamos las dos recalientes, así mojadas ¡con las remeras puestas!
Nos sacamos las remeras y nos empezamos a enjabonar, una a la otra, ¡como me gusta eso!, siempre digo lo mismo, si me gusta la piel suave de una ...
... mujer, enjabonada, ¡me enloquece!, y así estuvimos, enjabonándonos y besándonos, hasta que la turra, me sorprende ¡de nuevo!, ¿saben lo que hizo?
Abre la mampara y agarra el cinturonga (que lo había dejado escondido al lado de la bañera), yo ¡ni lo había visto!, le digo: “no, no seas guacha”, y me dice: “siii, te voy a coger, y vas a ver ¡como te va a gustar!, pero primero arrodíllate, quiero ver ¡como la chupas!” A ella le gusta verme sumisa, y a mí me calienta hacer eso, me arrodillo, lo chupo (aunque la verdad chupar esa pija de plástico mucho no me gusta), así que para calentarme un poco más, mientras lo hacía yo solita me metía los dedos ¡en la concha!, y sin buscarlo, porque no lo busque, me empecé a calentar, y mucho, me metí, uno, después dos dedos, me comía esa pija y Pau me decía: “¡chúpala como una puta!”, yo no le contestaba, pero me la ponía toda en la boca hasta, que como les dije sin buscarlo, acabe, chupando ¡esa pija de plástico!
Me levanto, veo que se enjabona bien esa pija, me hace poner de espadas y me hace inclinar, y me la empieza a poner en la concha, y entre lo caliente que yo estaba y la pija enjabonada, me la puso ¡de una!, y me pregunta: “¿Te gusta?, ¿te gusta que te coja así?” “siiii”, eso le decía yo.
Pero la turra siempre quiere más, quiere ver hasta donde yo llego, y sabe que llego hasta donde ella quiera, me la empieza a poner ¡en la cola!, le digo: “no Pau, no seas guacha ¡acá no!, ¡no voy a poder!”, Y me dice: “si, vas a poder, y te va a ...