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Speedo
Fecha: 01/09/2017, Categorías: Gays Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
Speedo Mi amigo Guiller era el capitán del equipo de balonmano de mi colegio y mi introductor en la vida. El día anterior me había pedido que le esperara en los vestuarios después de nuestros entrenamientos para una sorpresa. Yo ya había terminado mis entrenamientos de natación y esperaba en el vestuario su llegada. Estaba excitado por el olor a sudor de la habitación y listo para hacer lo que mi imaginación había diseñado. Era una espera solitaria. Al poco rato oí sus voces aproximándose. Se reían y se felicitaban mutuamente por el resultado del partido de balonmano. Entraron en el vestuario y me vieron esperándolos. Miraban mi cuerpo bien formado por mis horas de natación. Yo miraba sus espléndidos cuerpos, calientes y sudorosos, cubiertos por la camiseta del equipo. Tenían unos maravillosos hombros musculados que deseaba recorrer con mis hambrientos labios. Sus pantalones de deporte remarcaban sus formadas y apetecibles nalgas, dejando al descubierto sus bien formadas piernas cubiertas con un fino vello. Recorrí sus piernas con la vista hasta ascender a sus pantalones donde los verdaderos tesoros se ocultaban. Yo no vestía otra cosa que mi Speedo. Guillermo, el capitán del equipo de Balonmano, se acercó a mí y aprisionó mi cuerpo contra el suyo. Juntamos nuestras lenguas hundiéndonos en un profundo beso. Otro miembro del equipo se situó detrás de mí y restregó su cuerpo contra el mío que sentía su pecho musculado y sus poderosos bíceps presionándome. Mientras ...
... besaba al jefe del equipo, deslicé una de mis manos hacia sus pantalones para sentir su polla atrapada pugnando por escapar. Le sentía jadear con placer cuando mi mano se adentró en sus calzoncillos mientras con la otra grababa mis dedos en la roca de sus nalgas. Sus manos descendieron hasta mi culo adentrándose en mi Speedo. Sentía la presión de la goma del bañador aprisionando sus manos sobre mis nalgas y como su dedo corazón descendía hasta entrar en mi ano expectante. Su pene estaba duro con la excitación y el mío pugnaba por salir de su prisión a través de la goma. Los otros miembros del equipo estaban ya emparejados disfrutando de sus cuerpos aún vestidos. Algunos recorrían con su legua ensalivada las axilas de sus compañeros. Otros se habían desecho de sus pantalones exponiendo al aire sus penes preparados para una excitante aventura. Sabiendo que era el momento de algo más serio, nos distribuimos por los bancos del vestuario. Guiller se tumbó sobre uno de ellos mientras yo comenzaba a desnudarlo. Primero le despojé de su camiseta que dejó al descubierto sus perfectos pectorales. Luego le quité sus pantalones que deslicé suavemente por sus piernas, dejándole únicamente sus sudados calzoncillos. Me coloqué frente a él y restregué mi paquete, enfundado aún con mi Speedo, contra el suyo. Luego de un rato, le quité los calzoncillos dejando su pene libre que saltó apuntado enérgicamente al sol. Su hermoso cuerpo estaba ahora a la vista de todos sus compañeros de equipo. ...