1. Érase una niña...


    Fecha: 18/08/2019, Categorías: Incesto Autor: RebeccaMoya, Fuente: CuentoRelatos

    Desde pequeña sentí ese cosquilleo cuando me ponía cosas de mi mamá, no era raro que aprovechara cada momento sola en casa. Lo curioso realmente es cuando tenía cuatro años, sabía que no era él sino ella.
    
    Pero no fue hasta los 18 años cuando decidí sacar a mi niña interior, bueno, niña por no decir mujer. Pero fue raro como paso, al mismo tiempo excitante y nunca lo imaginaría de mejor manera. Comenzó cuando me invitaron unos amigos a una reunión, por supuesto que quería ir, pero llevaba días o semanas sin vestime, y eso para mí era mucho. Pero decidí que "iría" sólo le comenté a mi mamá en dónde, cuándo y a qué hora estaría con mis amigos. Obviamente le di la dirección y el número de la casa de mi amigo, y por otra parte, a mis amigos les dije que iría a una salida familiar fuera de la ciudad.
    
    El viernes en la tarde tome un baño, me depile lo mejor posible, guarde todas mis cosas y tome mi dinero. Mi corazón latía muy rápido de sólo pensar todo lo que haría. Eran las 8 de la noche, llegué al hotel, con miedo, es uno de esos hoteles que no cuestan mucho pero no están tan mal. En un lugar del centro de la ciudad de México. Antes de subir pregunté si se puede salir, la respuesta fue grata, que lo que hiciera era cosa mía, sólo no molestar a los demás y salir a la hora indicada.
    
    Subí, arroje la mochila y me acosté, vi el techo y di manos a la obra. Saque todo y me quite todo. Me puse el brasier, uno rosa con encaje, me gusta ese color, aunque suena a cliché. Pero me ...
    ... excita ver como se ve con mi piel. Piel morena clara, casi blanca, suave y a dios gracias lampiña. Un cachetero del mismo color, obvio, tengo que combinar muy bien. Luego me puse un short de mezclilla, al apretado, el short azul clarol. Una top de tirantes rosa, realmente bonito, me llegaba a medio ombligo. Unos zapatos abiertos, coquetos. Y mi parte favorita el maquillaje, siempre he dicho que me veo femenina tengo rasgos muy finos, labios delgados, ojos rasgados.
    
    No creía lo que veía, quería que me vieran, sólo pensar eso me excitaba mucho más que ver mi piel. Quería que me comieran con la mirada, sobre todo un adulto mayor, no era una menor pero podía pasar sin pena y sin gloria. Pensé en las consecuencias pero no me importó, tome la llaves y mi celular y salí, me veían raro pero no me importó, al salir me sentí aliviada y con un nuevo terror, la sensación de no ser yo. Cometí un error, pero con el tiempo lo asimilé, tome rumbo y camaine sin dirección alguna, por las calles, había personas pero parecía ser invisible.
    
    Llegue a una esquina y un auto, que al parecer ya había dado vueltas por ahí, se fue acercando a la orilla, adentro iba un señor, moreno, tosco, velludo. Cruzamos miradas pero no se dijo ninguna palabra, al ver que no decía nada se fue. Fue excitante, con mucho terror, claro, pensó que era una prostitua y aunque la idea me gustara ¿qué le iba a decir? ¿son tanto por esto y por lo otro es tanto? no sabía, no tenía ni idea. Sé que muchas personas viven por ...
«123»