Mi casero el africano
Fecha: 23/08/2019,
Categorías:
Intercambios
Autor: PaulinatvCDMX, Fuente: CuentoRelatos
... nuevamente sobre mi, y mientras gritoneaba entre dientes, una de sus manos la coloco por debajo para masturbar mi pequeña verguita, y con la otra comenzó a masturbar su larga y dura vergota negra, tuve una excitación mayor al ver tan de cerca la virilidad de Don Kujah que comencé a venirme, mis jugos brotaron en un chorrito, los cuales este hombre negro los recibió en su mano y enseguida los llevo a su boca para saborearlos, demostrando poseer un total control de su cuerpo, Don Kujah comenzó a eyacular también, pareció que estaba esperando que termináramos juntos, fue una deliciosa experiencia, todo el semen que este hombre africano expulso de sus enormes testículos fue a encontrar refugio en mi rostro, abrí mi boca todo cuanto pude y recibí una generosa cantidad del preciado líquido masculino, el cual deguste con verdadera alegría ante la satisfecha mirada de Don Kujah. Intente alcanzar un poco de papel que había en el cajón del buró, quise incorporarme pero este enorme africano aún estaba sobre mí, reponiéndose y embarrándome las gotitas de semen que salían todavía de su miembro que evidentemente perdía su dureza de momentos previos, por lo que mirarme atrapada, opte por recoger todo ...
... cuanto pudiera con mis dedos y degustarlo con delicia, en cuanto Don Kujah se repuso el mismo me alcanzo el papel de mi buró y se recostó en la cama. Yo me dirigí al baño para enjuagarme y a mi regreso Don Kujah me invito a recostarme con él, así lo hice y platicamos un poco de cosas sin sentido, hasta quedarnos dormidos. Cuando desperté, era muy de mañana, seguía desnuda y Don Kujah ya no estaba ahí, levanté las cobijas de la cama y me envolví en ellas, aun pensando en lo cachonda que me había puesto la situación, almenos yo sabía que el tema de la renta estaba saldado, me di una ducha, y mientras lo hacía, comencé a masturbarme, pensé en la negra vergota de Don Kujah. En mi mente surgió la idea de repetir todo, esperaba que mi desempeñó hubiera sido el adecuado para que Don Kujah aceptara mi pago de la renta mensual con ricas sesiones de sexo cada que él quisiera que fuera su puta. Me aliste para ir a la universidad, y cuando salí de mi departamento, a lo lejos Don Kujah me grito:
DK- Buenos días señorita!!!
P- Son muy buenos Don Kujah!!!
Le respondí, ambos con un tono muy alegre, lleno de complicidad.
FIN
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