MI TÍO EL SÁDICO ME HACE SU PERRA
Fecha: 26/08/2019,
Categorías:
Gays
Autor: alej97, Fuente: SexoSinTabues
... debajo del mío hasta tocar con su mano mi pecho, y acerco por completo su cintura, arrecostándome todo el guebo, que estaba bien parado. — ¿Así? —preguntó con un tono de voz más sensual. A estas alturas ya todo estaba dicho. —Sí. Así. — ¿Todavía tienes frío? —Un poquito. — ¿Dónde? —preguntó con un tono de voz bajo, sensual e insinuante. —En las piernas —insinué. — ¿Aquí? —me preguntó al oído mientras ponía su mano gruesa derecha encima de mi pierna. Comenzó a sobármela y el guebo casi me explota en mil de lo excitado que me sentía. —Ahh —Solté casi un gemido. — ¿Te gusta? —me preguntó casi en un susurro. —Sí —contesté con una exhalación. Poco a poco comenzó a subir su mano hasta llegar a la goma de mi bóxer. —Si te lo quitas vas a sentir más calorcito, mi amor. Obedecí y me lo quité casi que en un segundo. —Esoo, bebé —dijo él en mi oído. Y cuando sentí ya toda su piel con la mía, la excitación me iba a matar. Mi cuerpo respondía a sus peticiones. No me acordaba de familia, amigos o mujeres. Solo quería a este hombre conmigo. Y que me hiciera lo que quisiera. Todavía no me ponía el guebo en el culo sino que me comenzó a tocar las nalgas una por una. Comenzó suave y luego las apretaba fuerte. Noté que su respiración comenzó a aumentar y su aliento lo sentía en mi cuello. Después me acercó una mano a la boca y supuse que quería que hiciera lo que hice; chupársela. Abrí mi boca y me metió el dedo medio, el cual saboreé con mucho placer, solté mucha saliva y me lo sacó rápido de ...
... la boca y al segundo lo siento en el culo intentando metérmelo. Me sorprendió, obvio. —No te vayas a poner tenso, mi amor. Abre un poquito. Puja —me dijo, mordiéndome la oreja. — Ahmjá —logré responder. Intenté abrir un poco y metió un poquito el dedo lleno de saliva, cosa que me dolió. Sentí algo de ardor y lo volví a expulsar. — ¿Te dolió, bebito? —Un poquito —dije, restándole importancia. Quería complacerlo. — Vamos otra vez. —Asentí. Se chupó el dedo y comenzó a metérmelo. Cuando iba a resistirme un poco y a expulsarlo, me lo metió todo, y aunque al principio gritar fue mi primer impulso, el cosquilleo que sentí me hizo aplacar el dolor que tuve. —Ahhhhhh —dijo—. Entró todo. Así me tuvo un rato. Después ya no era uno sino dos dedos, y al cabo de media hora ya me entraban tres. Luego me puso boca abajo y se me puso encima. Fue entonces cuando le sentí el guebo, era recto, sin curvas y largo y grueso. Me parecía un monstruo mi tío encima de mí. Comenzó a pasarme el guebo por la raja de mi culo y con tanta saliva que tenía en él, me sentí bien. —Vamos a jugar un rato, ¿quieres? —me dijo chupándome una oreja. No pude ni responder, solo gemir. —Te voy a amarrar las manos, ¿te dejas? —Sí, tío. En la misma cama busco algo, y supongo que fue el bóxer lo que utilizó porque no era muy grande la tela. Me hizo un nudo algo fuerte, intenté mover mis manos pero por más que intentaba no se soltaban. En ese momento llegó la luz, pero el bombillo estaba apagado, mi tío se levantó y apagó ...