MI TÍO EL SÁDICO ME HACE SU PERRA
Fecha: 26/08/2019,
Categorías:
Gays
Autor: alej97, Fuente: SexoSinTabues
... el ventilador, busco una corbata y dejo el bombillo apagado. Se me acerco, se supo sobre mí y comenzó a besarme desde el cuello hasta donde comienza mi columna. Yo gemía y sentía algo de cosquillas, pero me dejaba hacer. Con sus dos manos abrió mis piernas y luego sentí como me mordió una nalga. Fue extraño y rico a la vez. Lo que hizo después me sorprendió más; en un par de segundos, sin darme cuenta siquiera, me abrió las nalgas con sus dos gruesas manos y me comenzó a chupar el culo y vi el cielo en ese instante. Y empecé a retorcerme del placer, se sentía muy rico, su lengua en mi culo, quería que no parara y por acto reflejo, le puse mis dos manos, así amarradas como las tenía, en sus cabellos, quería agarrarlo todo de la cabeza y hacer que me chupara más el culo, pero mi amarre no me dejaba. Por lo que me pareció una eternidad, me mamó el culo hasta más no poder. Me metía uno, dos, tres dedos. Me escupía el culo y luego me lo chupaba y metía la lengua hasta donde podía. Luego sentí que se escupió en la mano y se acarició el guebo. Puso sus piernas por encima de las mías y me tuvo así más prisionero aun. Colocó su glande en la entrada de mi culo y comenzó a meter. — Te va a doler un poquito, mi amor, pero tienes que aguatar. Después te va a gustar. Eso me lo dijo en la patica de la oreja, pasándome la lengua después en ella y con su mano izquierda me agarró del pelo e hizo que pusiera mi vista al frente. — Te quiero así —sentenció—. Si quieres muerdes esta almohada ...
... para que no reprimas de todo el dolor. Me colocó una almohada frente a mí. Y comenzó a metérmelo. Aún sentía mi culo apretado como para meterme un guebo así. Pero ya no me podía arrepentir. Después de reprimir mi grito en la almohada, cuando sentí que me había entrado todo por completo, me dijo que apenas era la cabeza. Que aguantara. Se quedó un rato así, sin moverse, sin metérmelo más, solo acariciándome las nalgas y pasándome las manos por las piernas. Luego me lo sacó y sentí el culo frío, escupió esta vez en mi culo y comenzó a metérmelo. Sentí como se abría paso dentro de mí. Cada milímetro que me metía me ardía, pero yo solo aguantaba. No gritaba. Después, de un solo golpe me lo sacó y sentí el culo vacío. Escupió en mi culo y en su glande y al entrar la cabeza, me lo metió completo y el ardor no fue normal, intenté reprimir el grito pero no pude y en seguida me tapó la boca arrecostandose de mí. — Ya, ya, ya, mi amor. Aguanta un poquito. Ya va a pasar. —me decía al oído, con un tono muy sensual, o sexual… No se movió por un rato, pero el dolor no se iba. Se levantó un poco, lo saco un poquito y escupió, para seguidamente metérmelo sin piedad. Puso sus manos en mi boca y comenzó a cogerme como a perra, sin esperar más. — Si gritas te jodo. —dijo. — Pero me duele. Sácamelo, sácamelo. —Se rió. — No, no, no, no, mariquito. Ahora sí vas a llevar guebo. —y me lo metió de coñazo. Yo solté un gritico y él lo calló dándome un leve golpe en la cabeza. Continuó cogiéndome así. Me ...