1. Perra obsesión (2)


    Fecha: 27/08/2019, Categorías: Hetero Autor: Horny, Fuente: CuentoRelatos

    ... masajear a Carmen bajo la atenta mirada de Diana que yacía sentada en una silla a pocos metros. Era excitante ver a Carmen desnuda boca bajo, rendida bajo mis suaves caricias mientras éramos observadas por una Diana rabiosa pero impotente. De haber sido hombre habría tenido una erección en ese momento. Estábamos las tres solas, a última hora de la tarde, pocos clientes quedaban en el lugar y estaban lejos del lugar donde nos hallábamos. Por el calor yo llevaba simplemente una bata corta, de algodón, corta, sin ropa interior, Diana solo una toalla pues acababan de salir del sauna. Ambas con el cabello húmedo se veían hermosas, aunque Diana estaba especialmente sexy con mechones de cabello mojados pegados a sus mejillas, con gotas de agua escurriéndose por su pecho y hombros.
    
    Carmen separó las piernas y me miró de forma enigmática, de una manera que aún no podía descifrar. Yo, muy profesionalmente hasta ese momento la masajeaba en los lugares estrictamente permitidos por la ética, pero ella no era una mujer acostumbrada a esas cosas, definitivamente quería un masaje a fondo, un servicio completo. Pero yo necesitaba una señal más clara que una simple mirada y una abertura de sus piernas, y esa señal me llegó cuando la muy descarada deslizó sin el menor reparo una mano por uno de mis muslos hacia arriba. No lo hizo lentamente, no, lo hizo con determinación, segura de lo que hacía y más que segura de que no recibiría rechazo de mi parte.
    
    Desde donde Diana estaba podía ver ...
    ... todo y no hacía ni decía nada. La rabia se reflejaba en su rostro pero algo muy poderoso le impedía articular palabra. Vio cuando Carmen llegó con su mano hasta mis nalgas, cuando me subió la falda para acariciarme mejor, cuando metió sus dedos por mi raja y me acarició el culo, cuando frotó después mi conchita expuesta al aire y los elementos.
    
    Al hundir un dedo en mi concha separé las piernas, un gemido se me salió, disfrutaba esas caricias y más aún porque éramos observadas por Diana, eso le daba una dosis de morbo indescriptible. Yo descaradamente comencé a sobar las nalgas de Carmen y posteriormente mis dedos se hundieron en su depilado coño y en su culo. Este último estaba muy dilatado, se notaba que era adicta al sexo anal, dos de mis dedos entraron sin problema y giraron en su interior. Ella por su parte ya tenía dos dedos en mi concha y uno en mi culo los cuales entraban a la velocidad de la luz, esta mujer era experta con los dedos, no podía ni imaginar lo que haría con sus voluptuosos labios y con esa lengua que asomaba lujuriosamente entre ellos.
    
    Yo nunca había tocado a una mujer así mientras que ella era una experta, sabía cómo tocarme, cada movimiento suyo era correspondido con uno mío. Estábamos húmedas y agitadas, yo con las piernas supremamente separadas, con mis fluidos ya chorreando entre ellas impunemente hasta medio muslo mientras ella espatarrada por completo en la camilla movía sus caderas tratando de devorarse mis dedos que ahora se concentraban en ...