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Desafío de galaxias (capitulo 74)
Fecha: 01/09/2019, Categorías: Poesía Erótica, Autor: calvito, Fuente: CuentoRelatos
... quiero que nos ayudes a convencer a otra persona. —¿En quién está pensando? —¿No seré yo? —preguntó Anahis alarmada. —No, no eres tú, es Marión. —Me parece una elección perfecta, —afirmo Marisol— pero no es mi ayuda la que necesita, si alguien la puede convencer es la reverenda madre, pero ya le digo que le va a costar mucho trabajo. —Mira padrino, ella no es ninguna jovencita y tiene cierta obsesión con eso. Me ha parecido entender que necesitas a alguien que pueda ocupar la presidencia durante bastante tiempo. —Lo sé, lo sé. Ya he estado hablando con la reverenda madre, y coincidimos: nuestra primera opción sigue siendo Marisol… —Pues ya se puede ir olvidando. —Como ya contábamos con eso, la reverenda madre ha estado investigando en el oscuro origen de Marión. —¡Joder!, «oscuro origen», eso suena muy siniestro, —dijo Marisol— la dejaron, con pocos días de vida, en la puerta del monasterio de Akhysar. —¡Vale! Pues dime ahora por qué se mantiene tan joven. —Yo que sé: supongo que porque se cuida mucho. —Eso es cierto, pero más cierto es, que es mestiza. —¿Mestiza? Siempre hemos pensado que es humana, y ella también. —La reverenda madre ha descubierto en los archivos que Marión trajo de Akhysar, y en el propio archivo de Konark, que la hicieron una prueba genética nada más encontrarla. Esa prueba la hemos contrastado con su historial médico y se ha confirmado: su padre era humano, anglosajón, posiblemente de Canadá o de la ...
... diáspora norteamericana. —¿Y su madre? —De Numbar, de la etnia Irádion, que además es el gen predominante. —¿Y eso significa? —preguntó Anahis. —Que va a vivir más que yo. —Pero, recuerdo que Matilda era también mestiza… —Si, pero al revés: la madre era española, y el padre no era Irádion. —Bueno, pues asunto solucionado, ¿no? —¿Y con Hirell que pasa? —preguntó Marisol— porque sin él no creo que… —No hay problema: que lo haga ministro, o su secretario, o lo que sea, eso no es problema, incluso le puedo meter en el Parlamento por Ursalia y así estarán juntitos y podrán pelearse a todas horas, —todos rieron—. Por cierto, ahora que me doy cuenta: ¿estabais aquí, medio en pelotas y sin escoltas? No me parece… —Padrino, que si hay escoltas. —¿Si, donde? —Están camuflados entre los bañistas. No queríamos llamar la atención con un despliegue exagerado. —Pero aquí está todo el mundo medio desnudo… —Si claro, y cuándo nos hemos venido al chiringuito, se han movido ellos también. Ahora mismo hay una a tres metros de nosotros. —Pero, son todo chicas, —dijo el presidente. —¿Y que pasa por qué lo sean? —Nada, nada, pero, ¿dónde lleva la pistola? No me lo digas: prefiero imaginarlo. —¿Pero será posible el viejo verde? —exclamó Anahis—. ¡A tus años! —¡Coño que no estoy muerto! Pero dime Marisol, ¿no será la rubita de los pechos perfectos? —¿Quiere conocerla? —le preguntó Marisol con picardía. —Por supuesto. —¡Padrino! Como ...