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La dependienta del Game, el novio y yo
Fecha: 02/09/2019, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Sevillano, Fuente: CuentoRelatos
... movió algo adelante y volvió a meterle la polla en la boca. Y empezó de nuevo a decirle cosas “chupa chupa, así, no dejas nada, te gusta esto de tener dos pollas para ti eh?…” Yo notaba ya de nuevo que mi leche estaba a punto de desbordarse. Y esa escena de ver mi polla entrando y saliendo así me estaba poniendo loco. Pero en ese momento se me cruzó en la cabeza que quería correrme mirando a los ojos de aquella chica. La hice girarse, lo que hizo que abandonara la mamada al novio, le rodee con mis brazos las piernas, haciendo que se apretara a mí, coloqué sus piernas sobre mis hombros y me lancé a penetrarla haciendo que sus piernas se acercaran a su cuerpo. Protestó y gimió, pero cuanto que la polla estuvo dentro y yo coloqué mi cara a poca distancia de la suya no dijo nada más. Sólo me miraba con unas pupilas dilatadas y se mordía el labio dejando escapar leves gemidos. Tras tres fuertes embestidas noté salir mi leche de camino al condón. No quitaba mis ojos de los suyos mientras mi leche salía. Veía de todo en aquellos ojos. Y me gustaba. Sintiendo que ya había terminado de salir todo, me incliné, La besé en la frente y me retiré, dejando caer sus piernas a un lado. El condón estaba rebosante de semen al sacarlo. Ella suspiró. El novio se masturbaba allí al lado. Cuando yo me levanté de la cama, le dijo que la iba a volver a follar. Yo me sorprendí porque de nuevo pudiera con ella, pero es cierto que la polla estaba ya, sino erecta del todo, lo suficiente. La ...
... chica se giró y se abrió de piernas hacia el chico, que se colocó entre ellas y la penetró. Yo envidié al verlo que él lo hiciera sin condón. Me hubiera gustado haber dejado mi leche dentro de aquel cuerpo que tan maravillosas sensaciones me había producido y no en un puto trozo de látex. Se la folló con un típico misionero, con su cuerpo envuelto en un abrazo de las piernas de ella. Me di cuenta que había perdido unos de los gruesos calcetines rosas. Unas uñas del pie sin calcetín pintadas de amarillo brillante me hicieron esbozar una sonrisa. Me gustaba aquel color. Allí estaba yo viendo como se la tiraba, con mi condón todavía puesto en mi polla, una polla que iba perdiendo la erección. Me lo quité y lo sujeté por dos dedos, aunque algo fue al suelo a caer. Me di cuenta que pese a lo que yo había disfrutado ella no se había corrido. Fue pensar eso y ver como ella aumentaba en sus gemidos y soltaba un profundo suspiro. Me gustó pensar que gran parte de ese orgasmo era por mi culpa, que había sido gracias a mí. Aunque admito que me hubiera gustado que lo hubiera tenido conmigo. Seguramente me tendría que haber llevado algunos minutos más comiéndoselo. El tío no cambió de posición en todo el polvo, pero esta vez tardo algo más en correrse. Ella tras el orgasmo se quedó con la cabeza apoyada en la cama, casi inerte. El tío se corrió quedándose apoyado en el cuerpo de ella. Al rato nos vestimos. Tiré este condón de nuevo por el inodoro y nos despedimos. Yo ...