1. Ya soy el puto del equipo (XV)


    Fecha: 04/09/2019, Categorías: Microrelatos, Autor: janpaul, Fuente: CuentoRelatos

    La orgía en la casa de la playa.
    
    Jamás he visto gente tan puntual. Abelardo les había dicho que no vinieran a las 9 sino a las 8 de la mañana porque habría desayuno para todos. El propio Abelardo organizó este desayuno con mi taita para podérselos presentar y que no pasaran solo por la puerta. Abelardo se había ganado del todo el corazón de mi taita y ella el corazón de mi chico. Todo eso me hacía feliz.
    
    La verdad es que me había pasado muchos años solo en casa, acompañado de mi taita y ella preocupada porque no me buscaba amigos. De pronto el fútbol arregló mi vida, como ella dice, comenzó a ver un trasiego de amigos por casa. También ella se benefició de esto porque, de estar tan dedicada exclusivamente a mí, no tenía amigos con quieres charlar, ahora ya tenía su mejor amiga, la mamá de Abelardo. Además desde el día que estuvieron algunos padres en casa, ya se conocían y de vez en cuando se había encontrado con alguno y se saludaban, como el día que llegamos de la sierra, luego nos contaba que todo el mundo la saludaba como si fuera mi mamá. A ella le parecía maravilloso que yo ya tuviera amigos y también tener ella amiga y buenos conocidos.
    
    Tras el desayuno, aunque ya habían saludado a mi taita antes cuando Abelardo les presentó «a la señora Rosita», quisieron despedirse de la señora Rosita. Cuando salía yo de casa, antes de cerrar la puerta me dijo mi taita:
    
    — Cuando vengáis ya le diré a Abelardo lo suyo, mira que presentarme como «señora Rosita», como si no ...
    ... fuera suficiente presentarme como «Rosita».
    
    — Estos chicos están acostumbrados a tratar a las mujeres importantes de la casa de «señora», son educados, —le expliqué.
    
    — ¿Acaso yo soy importante en esta casa?, —preguntó.
    
    — Eres mi taita, no tengo a nadie más, eres pues la mujer más importante de esta casa, y yo el chico guapo más importante de esta casa, porque tú me has criado.
    
    — Ven que te dé un beso, guapo.
    
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    Salimos a la calle, ya estaban los dos taxis esperando. Me fijé en los taxistas. ¿Habrán visto cosas los taxistas en la gente que les sube a sus taxis? Pues en cuanto nos vieron salir, disimuladamente, ambos taxistas se sonrieron por nuestra traza y porte. Yo mismo también lo hice cuando los vi. Empecemos primero que nada con su porte externo que es lo que hizo sonreír a los taxistas.
    
    Frasquito no solo es gay, es pasivo, amaneradamente afeminado con cinta indiscretamente roja a la cabeza, ¿una camiseta?, no, lo que llevaba era un «crop top» blanco con unas letras que decían: «I'M THEIR BITCH» y un short muy corto, por supuesto cortado a tijera y ligeramente deshilachado, el bolsillo trasero de la izquierda no existía mostrando media nalga. No se le salía su pene por la tanguita de encaje que no se veía. Sus zapatillas rojas con flores y su bolsita con dos margaritas bordadas. Fue el más escandaloso, por decirlo de alguna manera, pues hasta las uñas de las manos llevaba pintadas en negro.
    
    Santi iba con un mono de jean, corto, con ...
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