1. Ya soy el puto del equipo (XV)


    Fecha: 04/09/2019, Categorías: Microrelatos, Autor: janpaul, Fuente: CuentoRelatos

    ... Leoncio fue el único que durmió solo, porque Abelardo, Mauricio y yo dormimos como perras en la enorme cama de mi habitación. Cuando Frasquito contó como le follaba Santi nos reíamos agarrándonos la barriga, porque era muy gracioso. Creo que exageró mucho, pero dijo que follaron toda la noche sin pegar ojo. Además lo contaba tratándose de femenino, se le notaba muy libre entre nosotros. Decía, por ejemplo:
    
    — Santi se cansa pronto y dice esta es la última, no más, yo le decía: Imposible, esta perra no ha venido a dormir contigo para que me dejes abandonada, a mí me partes el culo o se me parte el corazón.
    
    Frases como estas y de peor calibre nos hacía reír cada instante. Santi de vez en cuando movía la cabeza de un lado a otro diciendo que se trataba de invención, pero le incitábamos a contar y dijo otras como esta:
    
    — Yo soy la puta de todos vosotros, si no me folláis todos no quedaré satisfecha y os odiare, porque con lo cerda que soy quiero el semen de los todos los asistentes a la vez en mi boca, ¡putona que es una!
    
    Nada le dejó hablar a Santi. Cuando él quería contar algo, Frasquito le cortaba la palabra:
    
    — No seas mentirosa, pareces una vieja de barriada pobre, —y seguía con su historia.
    
    Por el contrario Canales y Martín eran escuetos, solo tenían interés de contar que se habían hecho novios declarados solo para los compañeros del equipo. Todavía no se habían declarado en casa, aunque Canales decía que en su casa se lo imaginaban, lo mismo decía Martín, ...
    ... pero que no sentía la necesidad de poner a discusión una realidad personal.
    
    Abelardo se encargó de decir que nosotros dos adoramos a Mauricio y que lo hemos convertido en nuestro macho, que huele muy a macho y añadió que a mí me folló y me puse a gritar como una mujer de modo que Mauricio pensaba que por fin follaba a su novia.
    
    — Que no, Mauri, que no, jamás follarás a tu novia como a nosotras —iba contando Frasquito—, porque nosotras somos dóciles, quieres que gritemos, gritamos, quieres que aguantemos en silencio, somos silenciosas. Nosotras somos dóciles. Cuando tengas hijos, dos o tres, porque sé que tú chancarás bien a tu novia, pero si vienes con nosotros y nos pides una mamadita o el culito te diremos, hala mono, métemela, guapo, sea a la hora que sea, a las mujeres les duele la cabeza enseguida y no tienen ganas, nosotras estamos disponibles de noche, de mañana, a medio día y en el autobús si nos necesitas.
    
    Lo decía tan afeminadamente y con un acento tan amanerado que nuestras risas eran imparables.
    
    — Lo nuestro es una polla en el culo, cuanto más grande mejor, lo demás es para el entretiempo, — decía Frasquito.
    
    Leoncio nos explicó que como no salió esa noche con nadie, con un par de pajas ya estaba durmiendo. Entonces Frasquito le dijo:
    
    — Mira, nene, aquí tienes siete pollas y siete culos, tú elige lo que más te guste y vas alternando, esa abstinencia te la vamos a consolar.
    
    Menudo panorama se presentaba, menos mal que a todos nos gustaba el sol y ...
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