1. Mi tía, lo que la hice. Menuda maravilla (I)


    Fecha: 06/09/2019, Categorías: Incesto Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    Esta historia que os voy a contar es cierta y me paso hace un año. Yo tengo 21 años, estudio una Ingeniería, mido 1.90, soy castaño y peso 80 Kg. Una de las hermanas de mi madre sigue soltera (porque es de esas que de joven no se llevo muy bien con los tíos, y además es bastante religiosa), y vive con mis abuelos todavía.
    
    Se llama Leticia, tiene 36 años y todavía está buenísima. Tiene un cuerpo espectacular, con unas medidas de chica playboy. Tiene bastante pecho, pero sin que se le llegue a caer, unos pezoncitos que son una maravilla, cuando se le marcan con algún jersey fino se me pone a cien. Unas piernas bastante largas y delgadas y un culo pequeñito y respingón que me encanta.
    
    Lo que paso fue que mis abuelos se fueron de viaje, y me pidieron que en Semana Santa, me quedara yo a cuidar el chalet, ya que estaban cambiando la alarma y como todavía no funcionaba, no querían que se quedara la casa sola, ya que mi tía trabaja por el día. Yo como tenía que estudiar bastante accedí.
    
    El primer día como estaba un poco aburrido, me lo pase dando vueltas por la casa mirando cosas, haber que encontraba. En el cuarto de mi tía me encontré debajo de su cama unos libros de esos que leen las mujeres que están solas. Al leerlo me empalme muchísimo, pensando en mi tía, porque yo pensaba que ella era muy recatada y no me la imaginaba follando como una salvaje como la protagonista del libro. Se me empezó a ocurrir lo que podría hacer para tirarme a mi tía.
    
    Como mis abuelos ...
    ... tenían bastantes medicinas, empecé a buscar, y encontré unos somníferos. Para ver lo eficaces que eran decidí probarlos esa noche. En la cena se los puse en el puré y al cabo de unos 15 minutos me dijo que se iba a dormir que estaba muy cansada.
    
    Yo entonces me fui a su cuarto y empecé a moverla. Como veía que no se despertaba, empecé a gritar, en incluso la eché agua por encima. Y seguía sin despertarse. Así que la desnudé y me desnudé y la empecé a hacer fotos desnuda, conmigo. Como estaba como una moto, tenía la polla como un palo, la tenía enorme. Se la puse cerca de la cara y me empecé a pajear, solo de pensar que dentro de poco tendría a mi tía con mi pollón entre sus labios me corrí de gusto en su cara, luego la limpie y me fui a dormir.
    
    A la mañana siguiente mientras ella se fue a trabajar, como la cámara con la que hice las fotos era digital, las pase al ordenador y las guardé en un CD. Por la tarde cuando volvió, cenamos normalmente, pero yo tenía la verga que no me cabía en los pantalones pensando en mi tía, en como se lo iba a decir. Al acabar la cena yo me escondí en su baño.
    
    Al cabo de un rato ella entró y se puso a hacer pis. Yo estaba detrás de la cortinilla de la ducha, mirándola, porque me encanta la situación de indefensión que tienen las mujeres cuando están sentadas meando y se las ve como echan el pis con las piernas abiertas. Justo en ese momento salí de detrás como una bala y la metí un dedo en su rajita mientras meaba.
    
    Yo estaba a mil, mi polla ...
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