1. Regresé a las andadas


    Fecha: 08/09/2019, Categorías: Incesto Autor: Mar1803, Fuente: CuentoRelatos

    A mi amante le digo ‘nene’ aunque es como veinte años mayor que yo, porque la primera vez que me mamó las tetas sentí que tenía en mis brazos a un niño y lo acuné diciéndole ‘mama, nene, mama, mi niño’. Otra característica de nuestra relación es que desde la primera vez me sacaba fotos cada vez que hacíamos el amor. Esto está en el relato titulado ‘Las fotografías’ y en los comentarios está la dirección donde pueden acceder a algunas ellas.
    
    Lo que a mí me mantuvo infiel por un par de años (de la primera época) fue que mi marido no me quiere chupar la panocha y a mi amante sí le gusta.
    
    Busquen mis relatos en miperfil para que se enteren cómo fue.
    
    El asunto es que ya llevaba un buen tiempo que tuvimos que dejar de vernos y quedé obsesionada con las mamadas que me daba mi amante y no aguanté más. Cuando se dio la oportunidad de que mi marido saldría una semana a trabajar fuera, le pedí a mi amante que nos viéramos, que lo necesitaba y él de inmediato aceptó.
    
    ¡Claro que también sacamos fotos en esta ocasión! Yo le saqué cuatro al nene de cuerpo completo, como casting. En la toma del lado izquierdo se le ve la verga firme y estirada, en la del lado derecho un poco decaída. En la de frente los huevos cuelgan lindísimo, sí, es muy huevón, tan huevón que no me caben los dos en la boca. Los de mi marido sí. Yo creo que el nene tiene otra mujer, además de su actual esposa, u otras, porque ahora mi marido me da más leche.
    
    La noche anterior al día en que mi marido se ...
    ... fue, lo ordeñé todo lo que pude, incluso en la mañana anterior le había hecho una paja con mis tetas. En la mañana, muy temprano, le di una exprimida tremenda con la boca. Apenas llegaron sus compañeros de cuadrilla por él, me vestí y salí rumbo al departamento de mi amante.
    
    Al llegar, me abrió la puerta, asomando sólo la cara para que nadie pudiera verlo ya que me esperaba ¡completamente encuerado! Al entrar, lo besé con el sabor que me dejó la verga de mi marido y sus manos me quitaron la ropa, casi arrancándola: su lengua reconoció el sabor del beso, aún blanco, mientras su lengua recorría la mía, las encías y el interior de mis mejillas probando el néctar que traía. Al terminar el beso, también quedé encuerada. Le di las tetas con crema que limpió muy bien, siguió con mis axilas (tres noches y dos días sin bañarme) y sus dedos se metían en mi vagina. Él es muy efusivo. Me lamió la espalda y las nalgas. Me tiró en la cama y lamió mis pies, empezó por las palmas haciéndome muchas cosquillas.
    
    Chupó mis dedos uno a uno. Su lengua siguió subiendo hasta las verijas donde se entretuvo saboreando lo que en esas tres noches me había escurrido. Siguieron mis vellos, los cuales, antes pringosos el "pegamento" que me había puesto mi marido, ahora quedaban limpiecitos. Por último, su trabajo lingual se concentró en mi panocha. Yo sentía que me iba a descoyuntar de tanto que me abría las piernas, pero no me dolía ya que la lengua hacía que me adormilara en el Paraíso. No sé cuántos ...
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