1. Regresé a las andadas


    Fecha: 08/09/2019, Categorías: Incesto Autor: Mar1803, Fuente: CuentoRelatos

    ... orgasmos tuve, pero fueron muchos porque ya no tenía fuerzas para apretarle la cabeza contra mi panocha.
    
    El gusto de chuparme la panocha con el semen de mi marido, le recuerda al sabor de su exesposa, quien cogía mucho y su olor era fuerte por tanto semen que recolectaba de él y de otros dos amantes que tenía; ella pretendía humillarlo al llegar cogida y chorreando el semen, ya que lo calentaba a besos, se desnudaban y ella se ponía a cabalgarlo un poco para que el pito quedara bien lustroso de atole; en ese punto se desmontaba y pasaban a un 69 donde ella saboreaba otra vez el sabor del amante en la verga y mi amante se tragaba el producto de las horas de amor que había disfrutado ella fuera de casa.
    
    El resultado fue que el nene se aficionó a esa droga tan deliciosa que es el semen mezclado con jugos de su puta esposa (la proporción, según estima era de una venida del corneador por ocho o diez de su ex). Así que, ¿por qué no iba a probar mi panocha con la leche que me daban? Lo mismo pasó con los besos, pues el que ella le daba al llegar a casa tenía mucho sabor a su amante pues ella al despedirse le mamaba la verga para dejársela limpia.
    
    Desde que me recibió en la puerta, traía la verga paradísima pues se la había estado acariciando mientras me esperaba. Así que cuando llegué yo, él ya tenía muchas cosas en la mente sobre qué hacer con "esta hermosa puta nalgona" como me dice cuando está calentísimo. Además, como mi sabor y mi olor a pura leche y sudor ...
    ... acumulados por el amor de tres noches y no sé cuántas horas de día que me dio mi esposo... ¡le supieron riquísimo! ¡Me mamó hasta el culo!, y yo sólo gritaba y lo arañaba del placer que me provocaba.
    
    Después de que me vine, literalmente, a chorros por tanta lengua que me dio, mea dejó descansar un poco. Me tiró boca abajo y se subió en mí para sentir mis nalgas. Me abrió las piernas y empezó a limarme con su palo hasta que grité pidiendo tregua después de un par de orgasmos más. Dormí un poco mientras él contaba los vellos de su pubis, olía mis axilas otra vez y me despertó porque le urgía descargar lo que traía en sus huevos. Me puse ahora boca arriba y, de armas al hombro, me penetró. Me flexionaba cada vez más y yo le pedía que me la metiera más adentro.
    
    En esos casos, como bien saben todas las mujeres calientes, nosotras mandamos y ellos nos complacen...
    
    En cuanto le pedí que se viniera, él lo hizo descargando su fuego que sentía hasta el útero y le regalé una sonrisa cuando sentí sus chorros. Bajé las piernas y él, sin sacármela se acostó sobre mí para descansar, y dormimos los dos. Ahí no acabó el asunto, apenas llevábamos dos horas de amor.
    
    Dormimos abrazados un rato. Él se paró al baño y cuando regresó puso su cabeza en su panza y comenzó a oler mi panocha. Seguramente mi olor le recordaba al de la puta de su ex que lo excitaba mucho. Mientras aspiraba el aroma de mujer cogida por varios días se acarició la verga y los huevos. Se la empezó a jalar y el calor del ...