Regresé a las andadas
Fecha: 08/09/2019,
Categorías:
Incesto
Autor: Mar1803, Fuente: CuentoRelatos
... aliento y las aspiraciones en mis pelos, así como el chasquido del prepucio, me despertaron.
Me calenté de inmediato con la escena que veía y me puse a mamar y huevos y jalar verga. "Yo lo hago, nene", le dije al acomodarme y me metí todo el pene en la boca, el cual le creció hasta salírseme una gran parte de la boca. Mamaba sin dejar de jalarle el tronco y el escroto, eventualmente le acariciaba y mamaba sus bolas que seguramente producían esperma a marchas forzadas para que a a mí no me faltara cuando se lo exigiera.
Una vez que lo tuve con la verga erecta, me senté sobre ella y me puse a cabalgar gritando "¡Qué verga tan rica!" "Quiero sentir calientito adentro, nene, vente mucho", repetía mientras me movía de adelante para atrás y viceversa y él se vino con abundancia. "¡Ah, qué rico, nene, lléname la panocha con tu leche!" seguía gritando y él continuaba vaciándose. Le gustaba el movimiento de mis nalgas y ver cómo me saltaban las tetas. "Así, mi Nena puta chichona", me gritaba, acordándose de su ex, a quien él se refería como "mi Nena chichona" que sí estaba chichona y era muy puta.
Al verlo poseído, yo saltaba más sobre él para que mis tetas se sacudieran. Abrió un poco las piernas para que mis nalgas no le apachurraran tanto los huevos, sólo lo suficiente para sentirme cabalgar en ellos. Con las de nalgas delgadas de su ex lo hacía al revés: las cerraba para que se los apretaran más. Me vine yo también desde su primer chorro y lancé un grito "¡Ay, qué rica ...
... verga!", dejándome caer sobre él al sentir el tercero de los chorros. Me lamió el pabellón de la oreja que le quedó cerca mientras descansábamos. Su pene comenzó a achicarse, pero mi perrito, que ya aprendí a usar y que mi marido también disfruta, le exprimía hasta la última gota de semen. Volvimos a quedar dormidos otro rato.
Cuando me resbalé hacia la cama, quedé boca abajo y su cara se fue a mis nalgas, las besó y las lamió. Abrió mis piernas y su lengua fue a mi culo, luego bajó a la pepa y lamió mis jugos revueltos con su leche. Me limpió hasta donde pudo. Me volteó boca arriba y su boca hizo fiesta con mis pelos, me chupó los labios y el clítoris. Todo lo sentía, aunque parecía estar desmayada o paralizada, pues no podía reaccionar a sus caricias. Eso no le preocupó, se dio un hartazgo con mi cuerpo.
Su boca fue a mi ombligo, metió en él la lengua mientras me apretaba las chiches y me jalaba los pezones. Yo me dejaba hacer sin responderle, como si estuviera sin sentido. Durmió un poco con su cara en mi panza. En tanto que yo, con los ojos cerrados y sin poder moverme, estaba impresionada, porque, además de lo desguanzada que me encontraba, fue que, aunque él no quisiera, recordaba a su ex cuando me cogía, y seguramente pasará lo mismo al cogerse a otras, aunque no seamos flacas ni chichonas como ella...
Después de descansar un buen rato, me repuse pues estaba sin tono muscular, sólo sentía la lengua y los labios de mi amante por todo el cuerpo; cuando me chupó ...