1. Bailando con mi Madre


    Fecha: 09/09/2019, Categorías: Erotismo y Amor Autor: girllover, Fuente: CuentoRelatos

    ... me la empecé a coger con todas mis fuerzas. Sus suspiros se convirtieron en gemidos y alaridos. Pero pedía más y más. Dejo de ser mi mamita linda, mi madre adorada. Ahora le decía que era mi puta, mi madre la zorra, mi mamita la puerca. Y mi verga la penetraba con frenesí, cada vez más rápido. Sentí que me vendría en cualquier momento y le dije que me vendría adentro de ella en cualquier momento.
    
    Mi madre me detuvo un segundo, me dijo al oído que sí quería mi leche adentro de ella. Pero quería cambiar de posición. Me recostó sobre su cama y se sentó encima de mí. Así empezó a cabalgarme, y la tomaba de la cintura y las nalgas y la ayudaba a subir y bajar. Por fin sentí que no resistiría ni un segundo más y me vine. Sentí como salían chorros y chorros de semen para depositarse dentro de la vagina de mi madre. Sentí que la vida se me iba por un momento, mi madre disfrutaba como loca mientras sentía mi leche tibia, cálida y pegajosa inundándole las entrañas. Fueron unos segundos que se sintieron como horas. Miré a mi madre a los ojos, ella sonreía ...
    ... complacida y me dijo: “Gracias hijo adorado, llevaba meses sin hacer el amor con otro hombre. Desde ahora soy solamente tuya. Te amo” Yo apenas si pude juntar aliento suficiente para decirle que la amaba también.
    
    Así fue nuestro primer encuentro sexual. Esa madrugada no dormimos, yo perdí la cuenta de las veces que me vine, adentro de su culo y su vagina, en sus tetas, en su espalda y en su cara. Quedé completamente secó por dentro, pero ella también quedo harta de verga pues al final apenas si le respondían las piernas, le temblaban como si fueran de hilo y yo tenía que sostenerla para que no se desplomara en el piso.
    
    A los pocos meses nos mudamos lejos, sin avisarle a mi padre ni a mi hermana. Mucho menos a sus viejos amantes de mi madre. Solamente Dolores siguió en contacto con nosotros, alternando como amante de los dos. De día somos madre e hijo, tan normales que nadie se imagina como nos transformamos en la noche. Todas las noches sin falta ella se convierte en todo a la vez, mi amante, mi puta, mi esclava, mi reina, mi esposa y sobre todo mi madre. 
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