Aldana, su papá y yo
Fecha: 10/09/2019,
Categorías:
Intercambios
Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues
... su pie ya lo habían notado. Aldana mientras tanto, nos miraba divertida, pero no menos excitada que yo, ya la conocía de memoria y esos labios mojados y brillantes me estaban dando la pauta de que su calentura iba en aumento. La cena se prolongó más de lo esperado, comimos y bebimos delicadamente y extendimos la sobremesa por espacio de dos horas más o menos. Fue Aldana la que dio el puntapié inicial a todo lo que vendría después, avisando que ella iría a darse una ducha y después se reuniría con nosotros. Dicho esto, subió a su cuarto, preparó el baño y nos dejó a su padre y a mi solos. Sin demasiados rodeos Francisco se acercó a mí y comenzó a acariciarme por encima de la ropa, comprobando el estado en el que ya me habían dejado sus caricias anteriores, hechas durante la cena. Hummm, me olvidé de lo duros que eran tus tetitas, mi amor! Susurraba al tiempo que los apretaba entre mi ropa. Estas más linda que la primera vez. Mi nena te ayudó mucho, no? Tu nena me calentó mucho, querés decir, le respondí, colocando mi mano en su entrepierna. Veo que sí. Sonrió sorprendido de mi audacia. Veo que perdiste tu timidez preciosa y eso me encanta. Esto no es nada- le respondí provocándolo. Veamos cuanto más, veamos cuanto creciste, preciosa. Y seguía sobando mis pechos y apretando mis caderas contra las suyas, refregándome su dureza contra mi vagina, por encima de la ropa. Estas durito, muy durito!!! Que ganas de tenerte adentro!!! Verdad que si? Pero ahora quiero que subas a ...
... enjabonar la espalda de mi nenita, que seguramente te necesita. Subí las escaleras como pude, notando que una gran cantidad de líquidos vaginales se habían acumulado en mi ropa interior y necesitaba algo que la sacara de allí rápidamente. Al entrar al baño escucho que Aldana me dice que estaba tardando mucho y que por favor le enjabonara la espalda. Muerta de risa me saqué la ropa y me metí en la tina de baño para disfrutar de un rico bañito con ella. Nos enjabonamos todo el cuerpo lentamente, nos pasamos la esponja por nuestros pechos rozando casualmente los pezones, subimos y bajamos ambas recorriendo el cuerpo de la otra con las manos llenas de espuma, nos acariciamos nuestras vaginas con delicadeza, abriendo los labios para poder acariciar nuestros clítoris con cuidado y nos besamos ante cada caricia que nos prodigábamos. Luego de enjuagarnos con agua tibia, nos envolvimos cada una en un toallón y salimos del baño, con rumbo fijo: El cuarto de Francisco. Nos sentamos en la cama y comenzamos a secarnos la una a la otra, dándonos besos suaves en la boca, en las mejillas, en los hombros. Comenzamos a mordernos los lóbulos de las orejas y eso, al hacernos cosquillitas, nos provocaba unas carcajadas sensacionales, las mismas que atrajeron a Francisco al instante a su propio cuarto. Llegó recién afeitado y bañadito, oliendo a colonia para después de afeitar, imponente en su altura y su madurez y con signos inequívocos de excitación que se adivinaban por encima de su robe azul. Quieren ...