1. Mi padrastro es mi marido


    Fecha: 12/09/2019, Categorías: Lesbianas Autor: Johnny2009, Fuente: CuentoRelatos

    ... nalgas que crecía rápidamente. En ese momento sentí una inmensa ternura y solo me abandone a sus bajos instintos.
    
    Acaricie su rostro que estaba muy cerca de mi cuello y de inmediato nos besamos apasionadamente, al ver que yo lo aceptaba metió su mano dentro de mi tanga y comenzó a evitar mi vulva y mi clítoris que no le faltaba mucho para explotar hasta que sentí una sensación en ese momento desconocida y solo le repetía__Aaaay Alberto me hago pis! me hago pis! Pero con una voz suave y sensual me explico que solo estaba teniendo un orgasmo y después de expulsarlo lo sentí maravilloso y le pedía más y más.
    
    Me dijo que no quería lastimarme con su tremenda verga, prendió la luz y vi su enorme pene que parecía pedir a gritos ser acariciado, lamí su glande y luego como pude me lo metí a la boca, casi no podía respirar y me venían arcadas, luego simplemente lo chupe como el me lo pedía y mientras yo me entretenía con su pija el comenzó a meter su dedo travieso en mi ano, al principio dolía un poquito pero cuando lo sacaba yo movía mi cola buscando que lo pusiera de nuevo.
    
    En un momento fue hasta el baño y volvió con un pote de vaselina, yo seguí chupándoselo mientras él me untaba el pequeño orificio y con cada entrada que le hacía le agregaba un dedo más a mi culo para dilatarlo, luego me pidió que me pusiera boca abajo, me coloco una almohada en mi ingle y comenzó a pasar su pene entre mis muslos. Yo creyendo que eso era todo levantaba mi cola para que estuviera más ...
    ... cómodo y mi culo más abierto. Pero en un momento lo dirigió hacia la puerta de mi ano y este comenzó a entrar como en cámara lenta, me dolía un montón y en ese momento recordé los gritos de mi madre, pero también pensaba que Alberto era un hombre muy tierno, que me daba confianza y era imposible decirle que no, además seguramente él sabía lo que hacía.
    
    Lo sentía muy duro y grueso abriendo mis tripas y yo ponía mi mano en su ingle para decirle que parara hasta que mi culo se acostumbrara a ese grosor, por momentos lo sacaba y le ponía mas vaselina y así hasta que estuvo todo adentro. En ese momento me sentí plena y nadie podría decir que me obligo porque realmente lo sentí mi hombre y si dejaba que me rompiera el culo era porque lo amaba.
    
    A partir de allí empezó a moverse en un vaivén interminable, me daba gusto verlo gozar y mientras me susurraba al oído cosas hermosas como así también me preguntaba continuamente si estaba bien. Sentía sus huevos que golpeaban mi vagina y los movimientos se fueron incrementando más y más hasta convertirse casi en una bestia salvaje que perforaba mi culo sin piedad. De pronto pego un grito de liberación y sentí su leche caliente dentro de mí. Él se relajó sobre mí y le pedí que no me la sacara aun pues quería sentirme atrapada y ensartada por ese tremendo pedazo de carne.
    
    Cuando lo retiro estaba un poco manchado de materia fecal lo que me dio un poco de vergüenza pero me dijo que era normal las primeras veces pero cuando estuviera ...