1. Mi vecinita dejó de ser una niña


    Fecha: 12/09/2019, Categorías: Incesto Autor: Sinbandejadeent, Fuente: CuentoRelatos

    Hace un par de semanas le escribí por imbox (desde una cuenta falsa) a mi vecina Any, ya que la había visto recientemente como había cambiado, a ella le gusta usar shorts cortos y ropa muy "fresca", enseñar la piel pues. Ella recién cumplió 20 años, no puedo creer que la conozco desde que ella tenía 11 y no había notado su cambio tan radical.
    
    En fin, le envié un imbox abriéndome completamente, diciéndole cuanto me gustaba. Fueron charlas muy extensas, nunca quise decirle quien era yo, pero admito que estuve dándole algunas pistas, por lo que estaba seguro, ella ya sabía con quién estaba charlando. Un día, sin tener que darle mi nombre, decidí confesarle mi identidad, ella, a pesar de que ya lo sospechaba, se sorprendió pero me dijo que le había gustado la sorpresa, puesto que entonces, era reciproco el sentir, o sea, que yo también le gustaba, al menos un poco.
    
    A partir de ese día, las conversaciones se pusieron mas interesantes, sin tener que llegar a lo explícito. Un día me mandó la foto de sus piernas, lo cual me excitó al tope, ya que era la parte que mas me gusta de ella. Ella se apenaba pero sé que disfrutaba de ser halagada por mi. Yo le pedí que fuéramos discretos, finalmente solo me interesaba una cosa y ella lo sabía, le dije que no podía pedirle alguna relación seria, ni siquiera una amistad, yo fui claro, mi único interés era carnal.
    
    Un día me atreví a invitarla a "conocernos" en persona, nunca antes habíamos cruzado palabra, más que para el buen día, ...
    ... buenas noches, porque lo que en realidad si nos conoceríamos formalmente. Quedamos de vernos en una esquina cerca de nuestras casas, yo iba en mi coche, pasé a donde ella me esperaba y se subió conmigo. Al principio era algo incómodo, ella estaba muy apenada y he de confesar que yo también. Ella sabía lo que yo quería desde lo más profundo de mi corazón... ¡Cogérmela! Pero ella tímida siempre puso la barrera, no estaba lista. A pesar de que yo sabía algunas historias de ella (las que me motivaron a acercarme a ella). Aun así, siempre se mantuvo al margen.
    
    Rondando por la ciudad, después de haberla invitado una nieve, y luego de echarle algunas indirectas, para lo que ella siempre respondía con una sonrisa tímida, más nunca me rechazaba, le dije que si podía regalarme un beso. Yo había planeado un poco esto, así que yo la llevaba a un rumbo donde pudiéramos estar tranquilos, era una colonia de la orilla de la ciudad, donde hay mucha tranquilidad. Ella me respondió que sí; avanzamos un poco más hacia la zona adecuada, un espacio oscuro, pero muy seguro. Ahí me estacioné y sin rodeos, la abrace para besarla. La verdad es que ella me gustaba más por su cuerpo, así que el beso no me creó tanta satisfacción, pero ahí aproveché para tocarle las piernas, eso si me calentó fuertemente.
    
    Mientras nos besábamos, yo tocaba sus piernas, ella usaba esos shorts que tanto me gustaban. Me iba un poquito hasta sus nalgas y comencé a frotarlas por encima de la tela, después me fui por abajo ...
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