Me pierdo en las generosas nalgas de mi mujer
Fecha: 16/09/2019,
Categorías:
Erotismo y Amor
Autor: Aldebaran, Fuente: CuentoRelatos
Hace unos años conocí a Sofía, mi actual mujer. Nos presentaron en la universidad unos amigos y pronto hicimos buenas migas. Comenzamos a salir y nos convertimos en novios al poco tiempo. Sofía es muy guapa, pero entonces estaba delgada. Vamos, delgada, pero que estaba bien. Buen cuerpo y demás.
Cuando nos casamos empezó a engordar. Bueno, yo también un poco, pero lo que yo veía bien para mí, barriga y piernas gordas, en ella no me gustó tanto. Las tetas se le cayeron un poco y su culo se hizo más grande, aunque no demasiado.
Aunque no teníamos hijos, yo perdí las ganas de follar. La pasión de novios se había acabado. Entonces podíamos hacerlo en cualquier sitio. Recuerdo que una vez lo hicimos en unos lavabos y casi nos pillan, pero nos podía el deseo. Ahora todo se había acabado.
Cuando estaba solo en casa, ella trabaja de tarde y yo por la mañana, me ponía a ver porno y allí me la cascaba con la película.
Alguna noche me despertaba y la escuchaba en el baño masturbándose. Ella no era de vibradores ni consoladores, ni nada de eso. Lo hacía con sus dedos, pero aun así, necesitaba sexo como yo.
Lo que no se es porque hasta entonces nunca me había dicho nada.
Todo cambió de repente un día.
Mi mujer se había comprado un conjunto muy sexy, pero la verdad es que era como una talla más pequeña de la suya. Las nalgas se le salían por los lados.
En un principio no le hice mucho caso, pero entonces estaba agachada alisando su vestido, que estaba sobre la cama ...
... y volví a sentir deseo por ella, algo que no había experimentado en algún tiempo.
Después se giró y me quedé mirándola de frente. Sus pechos grandes se sostenían bien por el body y no pude evitar decirle lo guapa que estaba.
-Gracias, me dijo.
Me acerqué y la bese apasionadamente. Su lengua se metió en mi boca y yo la correspondí.
No pude más y la quité el body y la tumbé en la cama. Estaba tan excitado que solo me bajé el pantalón y el calzoncillo y se la metí sin más.
Empecé a moverme dentro de ella, saliendo y entrando como hacía mucho que no hacíamos y terminé corriéndome enseguida, de tan excitado que estaba.
Mi mujer me miraba desde abajo.
-Has aguantado poco, me dijo. No me he enterado de nada.
-No te preocupes, cariño. Volví a llamarla cariño de nuevo como tiempo atrás.
Me agaché y la comí el coño como nunca lo había hecho. Yo por aquel entonces solo pensaba en hacerlo y casi nada en los preliminares. Así que se lo comí como si fuéramos novios. Ella se corrió enseguida y para entonces mi polla estaba otra vez erecta y volví a penetrarla, medio vestido como estaba.
Estaba vez disfrutó como una loca y se corrió un par de veces más, conmigo dentro. Fue algo increíble.
Lo que no sabía es que algo había cambiado en mí.
Dos días después, Sofía estaba encantada conmigo, aunque no lo habíamos vuelto a hacer desde ese día. Se paseaba por casa con el body puesto en cuanto volvía del trabajo. Sus nalgas asomaban como os dije y lo que antes me ...