1. Cosas de familia


    Fecha: 18/09/2019, Categorías: Incesto Autor: KarlaSuarez, Fuente: SexoSinTabues

    ... se convertía en un charco deseoso de recibirla en su interior. Yo no pude aguantarme mucho más tiempo y me senté en el borde del sofá abriendo las piernas para que él acercara su pene a mi coño y entrara dentro de él follándome como llevaba deseando desde que le había visto. Era la primera vez que estaba echando un polvo desde que me había separado y además al ser con este chico, mi excitación era doble, por lo que nada más sentirla en mi interior, parecía como si empezaran a fluir mis orgasmos de una forma cada vez más intensa, mientras era follada vigorosamente por la polla de un adolescente que me llenaba plenamente. El chaval se corrió dentro de mí, lo que junto a los varios orgasmos que había tenido, me dejó en un estado de relajamiento en el que ya no me importó que mi cuñado y los demás hombres se pusieran encima de mí para follarme uno tras otro y tras un tiempo para recuperarme, empecé a ser consciente de lo que había sucedido. Después de separarme de mi marido había vuelto a disfrutar de lo que es tener una polla entre las piernas, pero no una polla cualquiera, sino la polla de un chaval, algo que nunca había imaginado, de las pollas de mi cuñado y otro hombre desconocido y había podido disfrutar de las pollitas de dos críos que nunca se me había pasado por la cabeza que pudieran dar tanto gusto a una mujer madura. Pasados unos días, en los que no me faltó el sexo diario, tuve que volver a mi casa con la duda de cómo iba a continuar mi vida sin que esas ...
    ... situaciones tan morbosas formaran parte de mí día a día, en el que hombres quizás no me fueran a faltar, pero yo seguía dándole vueltas a la cabeza por el cómo iba a poder seguir disfrutando del maravilloso néctar de mi sobrino y su primo, que pronto se iba a convertir en semen, del que iban a poder seguir disfrutando sus madres y cualquier mujer que tuviera la dicha de estar con ellos. A partir de ese momento empecé a mirar con envidia y con un cierto morbo a todas las madres que tenían algún hijo, pensando en si ellas también saborearían el dulce néctar de sus hijos, un pensamiento que creo que llegó a trastornarme en cierto modo, porque a veces me sorprendía a mí misma haciendo preguntas indiscretas a alguna amiga con niños pequeños, con la que tenía más confianza, mirándome ellas un poco sorprendidas y desconcertadas, aunque también hubo otra que no me respondió, pero me devolvió una sonrisa enigmática y vergonzosa que no daba lugar a dudas de lo que yo estaba hablando y que ella había entendido perfectamente, lo que elevó mi excitación a un punto en el que no recordaba haberme sentido así nunca. Cuando volví a hablar con esta amiga, no sé por qué, quizás por estar divorciada como yo, por el morbo que empezaba a envolvernos a las los o el ambiente distendido del momento, pero el caso es que empezó a confesarme la relación que estaba teniendo con su hijo. Yo no me acababa de creer que esta amiga se hubiera decidido a contarme todo eso, quizás porque necesitara desahogarse o ...