-
Noche buena. Nada más delicioso que coger en familia.
Fecha: 19/09/2019, Categorías: Gays Autor: Lobo Feroz, Fuente: CuentoRelatos
... furtivo nos hizo gozar del sexo y olvidar precauciones. Volvimos con el resto de la familia, por separado, con cara de “yo no fui”, formando parte del grupo que entraba en la navidad. El marido, muchas copas y pocos reflejos para conducir, decidieron que era prudente que se volvieran en nuestro automóvil, es casi una obviedad la decisión de llevar a Pato y su marido a su casa, después de dejar a los míos. Me ocupé en bajar a Edu, un poco dormido y otro mucho ebrio, lo dejamos en la cama, dormido y roncando como un tronco. Bajamos y me convidó con un café. —¿El café lo tomarás así, solo y negro? —quedó esperando la respuesta— digo ¿no te gustaría mejor con leche? —Si me das la tuya, me gustaría con leche. Con tu leche. —¡Qué buena estás! Tengo ganas de cogerte otra vez. —¿Y.… si te gusta...? Estaba todo dicho, el tiempo urge, el deseo apremia, las ganas de coger son un león hambriento que muerde por dentro. De la cintura, desde atrás, la besé en el cuello, ardiendo como tea me remolcó al cuarto de servicio, sobre la cama arraso todo con la lengua, entre sus piernas el magma interior hizo erupción cuando capturé la cereza del placer entre los labios, robándole los primeros gemidos, lamiendo y escrutando en la vulva con la lengua retuve los primeros jadeos... Cuatro llegadas, dos con la boca, los restantes con la verga a tope. En los últimos hace lo que mejor sabe, aprisionarme la pija con los músculos vaginales de maravilla, está regalada, para ...
... cualquier cosa los cuatro o más orgasmos desgastaron su resistencia. Agotada por los orgasmos y vencida por el champán no está en condiciones de oponerse a la voluntad del macho dominante, es mi tiempo, mi decisión, mi deseo el que gobierna y manda. Con algo de brusquedad y mucho de dominador, la volqué de bruces, las nalgas erguidas, me hace sentir el poder de dominarla, someter a la yegua arisca, juega a resistirse, goza ser sometida y castigada con palmadas en las ancas, como parece gustarle, repito las nalgadas. Vencida accede al jinete, de pronto todo se hace intenso y urgente, la cogida se torna más salvaje, la cuca cerca y aprieta el músculo sobre la verga, pero pude contenerme y aguantarme para ir por ese tentador hoyo que tengo en la mira. Me tumbo sobre ella y desenfundo el miembro de la vagina, se la puerteo en el chiquito, controlo el primer intento de zafarse, al primer empujón pleno vuelve a intentarlo. La serené con una fuerte nalgada, y otra más para que no lo intente otra vez, en verdad me sentía otra persona, como más ardiente, más salvaje. Todo se precipitó, más se resistía más me violentaba, todo era una vorágine de calentura y brusca penetración anal. Los jadeos se confunden con los gemidos, los ruegos de que la saque con el lloriqueo por algo de dolor, los tiempos se miden de distinto modo, para ella fue una eternidad para mí solo un instante. La vorágine de la calentura me hacía castigar sus nalgas, apretarla toda y hasta morderla en algún momento, ...