1. La joven concubina


    Fecha: 27/09/2019, Categorías: Grandes Relatos, Autor: britneysexy, Fuente: CuentoRelatos

    ... llevaron en un avión a la tierra de Tarik, un país árabe al otro lado del mar Mediterráneo, y del aeropuerto fuimos en un enorme todoterreno a una gran finca propiedad suya en las afueras de una ciudad de casas pequeñas que estaba junto al mar, rodeada por un desierto de dunas de arena y llanuras de piedras. En el avión me quitaron mis ropas habituales y me obligaron a vestirme con una túnica negra, llamada chador, que me cubría todo el cuerpo y la cabeza, y un velo ocultando también parte de mi cara. Me dijeron que era la costumbre del país, que las chicas teníamos que vestir de esta manera, tal vez mi esposo en el futuro preferiría incluso que en público llevase un vestido más cerrado, que sólo deja ver los ojos, llamado niqab, lo que no me hizo ninguna gracia, me sentía ridícula, como si me hubiesen disfrazado para Carnaval, y me ahogaba, pero ahora era imposible llevarles la contraria, desobedecer y volver atrás.
    
    Ya había anochecido cuando llegamos a la finca. Me instalaron en una gran estancia en un pabellón muy lujoso que llamaban el Serrallo… Como he adelantado antes, tiempo después supe que en realidad no me había convertido en una esposa auténtica, sino en una de sus concubinas, porque él tiene el número máximo de esposas oficiales que le autoriza su religión, cuatro, y las demás chicas del harén somos una especie de esposas de categoría inferior llamadas concubinas, de hecho, una mezcla de amantes y esclavas, que puede tomar o repudiar a su capricho.
    
    Llegué a ...
    ... conocer a otras tres, todas muy jóvenes como yo, una guapa y extrovertida chica venezolana con la que me entendía perfectamente y me ayudó mucho, una joven sueca muy blanca y rubia y una muchachita japonesa, con las que casi no me relacionaba y me entendía por señas. Tarik había gestionado durante aquella semana todos los permisos necesarios para mi viaje a su país, y mi tía, había dado su consentimiento a todos los documentos que se necesitaban aquel día que firmamos papeles delante de un Imán...
    
    Y, por fin, apareció el que yo creía que era mi marido y en realidad sólo mi señor. Ibn Tarik, impresionante, vestido como los musulmanes de la película Lawrence de Arabia, siempre le había visto antes vestido a nuestro estilo occidental, me observaba fijamente, sonreía al verme vestida con el chador como una chica musulmana más, yo notaba de nuevo aquella sensación de que él me desnudaba con la mirada, sabía, lo adivinaba con toda seguridad, que se imaginaba a sí mismo en la cama conmigo, sabía que pensaba en que ya había llegado la noche de bodas, yo cerraba los ojos y lo veía ya metiéndome su miembro en el vientre…
    
    No era para mí una sensación extraña, aunque era un hombre muy mayor, yo también pensaba por las noches en aquello, y ya no tenía la sensación de asco de las primeras veces que me había pasado aquella idea por la cabeza, no, ahora era algo inquietante, eso sí, pero me excitaba pensando en Ibn Tarik estirado desnudo encima de mi introduciendo su pene en mi cuerpo, ...
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