MARISA: BARCELONA
Fecha: 28/09/2019,
Categorías:
Sexo con Maduras
Primera Vez
Masturbación
Autor: placerparatuyyo, Fuente: xHamster
... acaricié su clítoris, y al cabo de pocos instantes su cara se puso tensa y empezó a decir: “que me corro, Antonio, que me corro, que me va a llegar, que no aguanto más”, mientras empezó a subir y bajar con golpes rápidos y secos. “¡Que me viene!, ¡que ya llega!... que ya está, que ya está aquí”… explotando con un sonoro grito, tras el que se dejó caer con fuerza y permaneció por unos segundos inmóvil sentada sobre mí.“La de años que hacía que no tenía un orgasmo con una polla dentro. Madre mía, ¡qué gusto tenerla de nuevo!” dijo al acostarse a mi lado, mientras miraba cómo mi miembro había perdido buena parte de su erección y con mis manos lo masajeaba, como si me estuviera masturbando hasta ponerle de nuevo en forma.Sonrió al verme, puso su cabeza al lado de la mía, acarició mi pecho con su mano y me miró mientras yo seguía con mis movimientos.Pasados un par de minutos de acariciarme con fuerza, ya estaba de nuevo listo, de modo que se tumbó, abrió sus piernas, separó los labios de su sexo con las manos y mostrándomelo dijo: “venga, te espero”.Su sexo era como la entrada a un palacio: con unos labios exteriores grandes, como si fueran columnas a las que sigue las puertas también grandes y fornidas de sus labios interiores, con la humedad en torno a él que lo hacía brillar como si fuesen de mármol y luego un largo pasillo oscuro, del que no se ve casi nada, pero al final del cual espera el rey del orgasmo que le ofrezcas la crema.Me arrodille y pasé mi miembro por sus labios ...
... y, de modo presuroso me deslicé dentro de ella, sintiendo esa humedad aterciopelada, esas puertas que se cierran una vez has entrado. Me tumbé sobre Marisa, pasé mis manos bajo sus brazos y una vez que estuve en lo más hondo que llegaba, permanecí así unos instantes, para empezar a moverme de modo rítmico y acompasado.Apoyado en los codos, levanté mi cara para ver la suya y adivinar el ritmo que más le excitaba, y fui moviéndome cada vez un poco más rápido mientras ella me miraba satisfecha. Fue como una especie de baile entre dos cuerpos, hasta que salí casi del todo y entré en ella con un golpe seco. Apareció una mueca en su cara. “¿Te he hecho daño?” pregunté. “No: me ha gustado, por favor, ahora sigue así: quiero sentir cómo entra en lo más hondo de mí”.Continué entrando y saliendo con ocho o diez golpes secos más; a cada entrada, una mueca, a cada salida una palabra: “sigue, tú sigue, me gusta”.Levantó sus piernas y las puso sobre mis espaldas, de modo que me apoyé en mis codos y levantando un poco mi cuerpo con los pies, salí y entré de golpe lo más profundo que pude “bufff… ¡qué maravilla!”; continué de modo acelerado unos segundos, entrando y saliendo sin parar a un ritmo frenético, como si fuese una taladradora, para luego parar y de nuevo entrar con un golpe seco, para seguir con el ritmo frenético, parar y seguir.“Antonio, que me voy a correr otra vez… sigue así que siento cómo me voy a correr de nuevo”. Continué repitiendo los movimientos sin cesar durante cosa de ...