1. Tres negros y Andrea


    Fecha: 06/09/2017, Categorías: Incesto Autor: Mamaceando, Fuente: CuentoRelatos

    ... ayuda de los otros dos empujaron y entraron a su habitación.
    
    —¡No corras hija de puta!
    
    —¡Zorra de mierda!
    
    —¡Bro, lo que quiere es que se metan en su camita, la muy cabrona!
    
    Nuevamente estaba inmovilizada y uno de los negros revolvió sus cajones para sacar una camiseta y ponérsela de mordaza. Andrea seguía llorando y pataleando como loca. Pero sus fuerzas eran cada vez menos. Mientras sentía como iban reventando sus leggings, sentía sus manos apretando sus nalgas, pellizcándole los pezones.
    
    —¡Hija de puta que rica estás mamacita!
    
    —Agárrala que le chupo su coño.
    
    —¡Así se hace DJ !
    
    Entre dos de los negros la abrieron de piernas y DJ hundió su cara entre sus piernas, aunque ella seguía revolcándose. La lengua del negro le ensalivaba toda su raja.
    
    —¡Te vas a callar de una buena vez!
    
    —Esto sabe delicioso!
    
    —¡Deja que yo también quiero, cabrón!
    
    Antes de meter su lengua, Rome metió sus dedos de manera brusca y ella se quejó, seguía llorando. Pero eso solo los ponía más calientes. Así que el negro metió varios dedos a la vez, mientras le chupaba el clítoris.
    
    —¡Tan rica la estúpida, ésta!
    
    —¡Y tan sabrosa que se veía en el gimnasio!
    
    —Te voy a quitar esto, pero si gritas te mato, ¿me oíste?
    
    Aunque asintió, en cuanto le quitaron la mordaza ella gritó.
    
    —¡AUXILIOOO! ¡AYUDENME!
    
    Una cachetada le volteó la cara y el silencio fue absoluto.
    
    —¡TE DIJE QUE TE CALLARAS, PUTA DE MIERDA!
    
    Al mismo tiempo, Big Daddy sacaba de su espalda una ...
    ... pistola que le apuntaba directo a la cabeza.
    
    —¿TE QUIERES MORIR HIJA DE PUTA?
    
    —Nooo!
    
    —Pues cállese y pórtese bien. ¿Se va a portar bien con mis hermanos?
    
    —…Ajá
    
    —No te escuche.
    
    —Si… si
    
    Las lágrimas seguían escurriéndole, pero ahora sabía que si no cooperaba, podría estar en mucho peligro.
    
    —¡agáchate aquí perra! Vas a chuparnos la verga.
    
    —Nooo… no quiero…
    
    —¡Abre la maldita boca… puta!
    
    Cuando fueron sacando uno a uno sus miembros, Andrea tuvo una nueva oleada de terror. Eran casi del tamaño de su brazo. Enormes, lo pudo comprobar cuando al que apodaban “Big Daddy” recargo su verga en su rostro y le atravesaba por completo la cara.
    
    —¡Por favor, llévense lo que quieran!
    
    —Resulta que, lo que queremos es tu boquita!
    
    —Ahora abre tu puta boca.
    
    Se frotaban sus miembros y les crecían más, aunque ella seguía con la boca sellada, el tal Big Daddy le apuntó con la pistola y ella abrió su boca tímidamente. Aunque sentía que se ahogaba y no cabía nada más dentro de su boca, no tenía ni la mitad de la verga de aquel negro en su boca.
    
    —haaag! Haaag! Haaaahgh!
    
    —Abra más la boquita mi niña, si te cabe otro poquito.
    
    —Haaagh! Haaagh!
    
    Solo pudo tomar un respiro cuando Big Daddy sacó su verga y Dj tomó su lugar. Esa verga era más gruesa y apenas entraba, le dolía la quijada.
    
    —Ghhhaggg! Hhhaggg!
    
    —Me toca!
    
    —Enserio Rome, apenas empecé.
    
    Se turnaron la boca de Andrea durante un rato, al tiempo le jalaban la poca ropa que le quedaba para ...
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