Un tipo con suerte - Mi iniciación sexual II - Relatos Eróticos

Un tipo con suerte - Mi iniciación sexual II

... golpearme el cuerpo con los labios.

No aguanto más y comienzo a descargar inicialmente dentro de su garganta, termino llenándole la boca de semen mientras la saca. Le pasa la lengua, le limpia, la besa y al finalizar, me recuesta y se recuesta a mi lado dentro de mis brazos.

-Me mataste-, dijo -años que no sentía nada de esto-

-que buena maestra es Isabel- replica sonriendo, mucho mejor de lo que me imaginé

-tampoco te quedas atrás- le dije mientras la besaba en los labios

Así abrazados nos quedamos unos minutos hasta casi adormecernos.

Mis manos recorrían su cuerpo, las tetas, la cola hasta donde alcanzaba y mi pija volvió a pedir guerra, comenzó a pararse nuevamente

-¿otra vez?- pregunto ella -no creo poder, estoy cansada-

-vos dejame a mí- le dije y poniéndome boca abajo sobre ella, comencé nuevamente a chuparle las tetas, a jugar con los pezones a lamérselos a mordérselos. Comenzó a moverse y a gemir nuevamente.

Bajé a la rajita y comencé a trabajar en ella. Clítoris, rajita, lengua y la tarea se ampliaba mientras nuevamente mis dedos jugaban con su cola y ya entraban dos dedos enteros.

La doy vuelta y comienzo a pasarle la lengua por sus nalgas. llego a la cola y le punta de la lengua juguetea con ese ano ya casi abierto. Logro introducir la punta de la lengua mientras mi cara se estampa contra sus cachetes moviéndose de lado a lado.

Ella mientras gime ya casi locamente, levanta la cadera y empuja hacia arriba tratando de conseguir ...

... mayor contacto con mi cara y mi lengua.

Comienzo a ascender despacio. La punta de mi lengua sube por la línea de la columna apenas tocando la piel de la espalda hasta llegar a la nuca, donde mi boca se abre y comienza a tratar de morderla como si fuese un animal salvaje y mis manos la abrazan por delante apretando sus tetas con fuerza.

Mi pija mientras se acomoda en forma natural frente a su ano in necesidad de ayuda y comienzo a empujar.

La muerdo en la nuca, le agarro las tetas con fuerza y el glande ya ha desaparecido dentro de esa colita casi sin esfuerzo.

La escucho gemir y gemir. Comienzo a bombear despacio, primero solo un centímetro y a medida que se afloja más y más.

Cuando siento que la pija ya entra y sale entera la subo a la posición del perrito poniéndola en cuatro y comienzo a meter y sacar con fuerza. Ella solo gime con los ojos cerrados y empuja hacia atrás tratando que entre aún más.

En el silencio del cuarto solo se escuchan sus gemidos de bajo tono ya sin ritmo y los golpes de mis huevos contra su cola con un ritmo constante, paf paf paf.

Siento nuevamente su orgasmo y tampoco aguanto más, descargo mi leche dentro de su ano. Ella pega un grito y se calma

No la saco, dejo que se baje en su interior. Ella tampoco me deja empuja constantemente hacia atrás.

Finalmente, después de un rato, me separo de ella le beso la cola y voy al baño a lavarme. Cuando regreso ya se ha vestido

-has llegado hasta donde no te lo permití- me dijo, -pero ...