1. El negro...mi debilidad


    Fecha: 01/10/2019, Categorías: Gays Autor: kamel, Fuente: SexoSinTabues

    Me desplazo fuera de la ciudad debido a una investigación de mercadeo que debo realizar en mi trabajo, habían hecho que disminuyera la frecuencia de mis idas al gimnasio al que normalmente frecuentaba. Pero en un momento sentí que el stress afectaba cada vez más mi estado de ánimo, por eso decidí volver a tomar la rutina de los ejercicios diarios. Un fin de semana para recorrer los que quedaran en el barrio y me matriculé en uno que reunía las condiciones que estaba buscando. El martes siguiente acudí por primera vez y de manera muy animada ingresé al sitio. Encontré que realmente alrededor de las 8 pm la cantidad de usuarios no era mucha, lo que permitía una mejor labor de ejercicios y la utilización de los aparatos de entrenamiento El administrador del local fue muy amable conmigo, me realizó el examen médico de rutina y llamó por los altavoces al instructor que debía hacerse cargo de mis ejercicios. La verdad es que no esperaba tanta especialidad, y eso me confirmó que fue una buena decisión el cambio de gimnasio. Al rato llegó un negro (no espera que lo fuera) de unos 30 años, fornido, y de aproximadamente 1,78 cms de estatura. El administrador me lo presentó y además de ser un poco ancho, sentí con su apretón de mano, que tenía una recia personalidad. Su nombre era Mateo. Lo seguí hasta el salón de calentamiento, en donde comenzamos la rutina necesaria para comenzar en forma a hacer los ejercicios, El impartía las órdenes muy secamente y yo las cumplía de inicio a fin. ...
    ... Esa noche Mateo estuvo ocupado indicando las rutinas que debían realizarse a las 4 personas a su cargo. Después de 2 horas terminamos por ese día y me fui para mi apartamento. Las primeras semanas transcurrieron sin muchos cambios, mis prácticas se realizaban cada vez con mayor empeño y cada vez aumentaba más la frecuencia en cada uno de los ejercicios programados. En la cuarta semana comenzamos la rutina con las pesas. Encontré a un Mateo un poco más cercano, tanto que a veces bromeaba con cada uno de nosotros. En una de esas ocasiones en donde es imprescindible la ayuda de otra persona para realizar un ejercicio, le pedí el favor de que me sostuviera la pesa mientras me acomodaba en el mueble. El desde atrás me sostenía la barra y yo me acomodé para permitir que él me hiciera entrega de ella. Al acercarme pude sentir como su pubis hacía contacto con mi cuerpo y no puedo mentir al decir que sentí un corrientazo por todo mi cuerpo. A pesar de no estar excitado, sentí que Mateo tenía algo fuerte entre sus piernas. Esa noche en mi cama mi pensamiento antes de dormir fue acerca de la sensación vivida. Recordé todo aquello que se dice y he comprobado de los negros: su tamaño, su vigor, su fuerza, y esa misma noche tuve mi primer sueño erótico con ese hombre. Mateo ocupó mi mente toda esa noche y al despertar me encontré con una erección que hacía mucho tiempo no sentía. Las semanas transcurrían y cada vez la confianza entre Mateo y yo se acrecentaba más. Me contó que era casado, ...
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