1. El negro...mi debilidad


    Fecha: 01/10/2019, Categorías: Gays Autor: kamel, Fuente: SexoSinTabues

    ... reales, le pregunté que como lo podía comprobar y el guardó silencio. Seguimos viendo fotos y yo ya estaba derretido de tanta lascivia. Mateo cada vez se interesaba más y me pedía que buscara más. Le pregunté que si eso lo excitaba y él a manera de respuesta se tomó su verga entre las manos y me enseñó un gran bulto marcado en su pantalón, a pesar de apreciarse como algo descomunal, y a manera de reto le dije que creí que los penes que veíamos en el monitor eran mucho más grandes. Creo que eso hizo que hiriera su orgullo y tomando la correa con las dos manos se deshizo de ella. Mi plan estaba funcionando. Mi cabeza comenzó a dar vueltas, no tanto por el efecto de le cerveza sino por lo embriagador de la situación. Lentamente se bajó el cierre del pantalón y poco a poco fue mostrando un boxer blanco donde de dibujaba un enorme animal. Era la cosa más erótica que yo hubiera visto hasta ese momento. Por encima del boxer se apreciaba un gran tamaño y grosor, pero insistí que me seguían pareciendo más grandes las de los negros del Internet. Eso fue suficiente para que Mateo se bajara completamente el boxer y liberara esa negra serpiente que yo deseaba sentir. Su olor era embriagador, creo que para él como para mí, las cervezas comenzaron a hacer su efecto liberador e instintivamente la tomé en sus manos y me la metí en la boca, sin importarme para nada la reacción que pudiera tener ese hermoso negro. Lejos estaba de imaginarme que Mateo comenzara a disfrutar de esa mamada. Agarró ...
    ... mi cabeza y trató de hacérmela introducir por completo en mi boca. Realmente no lo pude hacer, era inmensa, debía medir unos 22 centímetros y era muy gruesa. Comencé a efectuar un movimiento circular con mi mano a manera de masturbación. Sentí que en mi boca tenía el chocolate más dulce que haya probado jamás. Su dureza hacía que me produjeran arcadas cuando él intentaba llegar más adentro. La manera como Mateo dirigía la acción era lo que yo siempre he soñado. Me gusta ser dominado. Su excitación hacía que me dijera gran cantidades de palabras soeces, me pedía que le chupara su verga negra, que era su puta, que se lo mamara como una perra, etc, etc. Esto hacía que mi dedicación fuera más intensa. El parecía un descontrolado. Su ritmico movimiento de pelvis estuvo a punto de desencajarme mi mandíbula. Con una mano desabotoné su camisa y pude apreciar la belleza de su pecho, sin un solo pelo, liso y fuerte, las tetillas abultadas y redondas, negras como una uva pasa, mis manos se dedicaron a recorrerlo y a sentir como salía el sudor por cada uno de sus poros, mientras él con mi cabeza agarrada continuaba en la dirección de la escena. Busque sus nalgas, las sentí duras, redondas y tibias, tal como las imaginé en mis noches de sueño, las acaricie como solo se puede hacer con un bebé. Su ritmo aumentaba, llevábamos como 10 minutos en ese mete y saca cuando sentí como las gruesas venas de su verga se hinchaban aún más y ese negro tronco, ya de por sí bastante grueso, aumentaba su ...