1. Mi Madrastra, La Más Puta


    Fecha: 07/10/2019, Categorías: Sexo con Maduras Autor: AkuSokuZan, Fuente: xHamster

    ... y sin posibilidad de contradecirlas.- Maite no me jodas, que tengo mucha resaca…- Yo también, y como eres más joven, la puedes aguantar mejor. Así que saca a la niña YA.- ¿¡Qué!? ¡Pero si sólo tienes diez años más que yo! –argumenté a mi favor.- Uyyyy, pero diez años a estas edades se notan mucho, ya lo verás. Así que déjate de hostias y vete al parque de una puta vez –y con eso zanjó todo.Me descolocó bastante que me hablara así; no le había oído antes decir tacos. Experimenté una extraña mezcla de sensaciones, porque por una parte me irritaban profundamente sus mandatos, pero por otra era excitante que me los diera con tanta firmeza, y con un atuendo que no era tan solemne como el de la noche anterior: descalza, con un pantalón corto de estar por casa y una camiseta de tirantes sin nada debajo. Le miré de reojo el escotazo, no sin temor de ser descubierto e increpado por ello. Sin rechistar, cogí a Nayara y la llevé a que jugara con otros niños. En el parque le di vueltas a lo sucedido; las clásicas rayadas que conlleva la resaca: los consoladores gigantes, la quedada frustrada con Mapi, las órdenes de Maite. Estuve wasapeando un buen rato, mientras vigilaba a mi hermanastra y pensaba en la zorra de su madre.-----La semana siguiente transcurrió más o menos tranquila, dentro de lo que cabe. Seguí ocupándome de las pequeñas cuando se me requería. Una tarde quedé con un amigo, para echar una play y merendar en casa. Íbamos por el cuarto partido cuando llegó Maite con las ...
    ... niñas. Nos saludó muy seca y se metió en la cocina. Desde allí me llamó.- ¿Qué coño hace ese melenudo aquí? –me preguntó una vez acudí a la cocina y cerré la puerta.- Es el Pelusa, mi amigo de toda la vida –le contesté, viendo que se avecinaba otra confrontación.- Que se vaya YA. Con esas pintas parece un guarro asqueroso –dijo en un tono muy despectivo.- Es ingeniero eléctrico y trabaja en Endesa –le informé.- Por mí como si es ministro. Que se vaya de mi casa, no quiero que un piojoso esté cerca de las niñas –nuevamente se mostró autoritaria.Me estaba poniendo muy nervioso; una cosa era obedecer y ayudar en casa, y otra muy distinta que no pudiera traer a un amiguete a merendar.- Y una mierda Maite, ya vale. Lo primero NO ES TU CASA. Lo segundo ES MI CASA Y TRAIGO A QUIEN ME PASA POR LOS HUEVOS –me noté que temblaba de arriba abajo por los nervios, pero creo que se lo dije claro y con firmeza-. Y ahora nos vamos, pero no porque me lo digas, sino porque quiero yo.Me miró con los ojos muy abiertos, sorprendida de mi arranque. No le di opción a responder porque salí de la cocina, pero de todas formas no me habría contestado.- Vámonos –le dije a Pelusa. - ¿Qué ha pasao? –preguntó desconcertado.- Nada, que ha habido movida, ya te contaré.Pero no le confesé la verdad; le comenté que me querían empaquetar otra vez a las crías y me había negado. No quería herir sus sentimientos de melenudo.-----Creía que después de eso recibiría una disculpa de Maite, pero nada más lejos de la realidad. ...
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