Mi Madrastra, La Más Puta
Fecha: 07/10/2019,
Categorías:
Sexo con Maduras
Autor: AkuSokuZan, Fuente: xHamster
... Al contrario, se puso estupenda y seguía con su carácter despótico. Por mi parte, tras ese inesperado arrebato de cólera, adopté un perfil bajo y no ponía muchas pegas, evitando conflictos.Ocurrió que un día, sin esperarlo, le vi las tetas a Maite. Aunque el bebé ya comía más cosas, de vez en cuando aún le daba el pecho. Normalmente se iba a su dormitorio y lo hacía discretamente; pero aquél día no. Ni siquiera vestía una camiseta que se bajara de un lado y descubriera un seno: no llevaba nada arriba. Iba descalza, y únicamente tenía puestos unos shorts, nada más.Me quedé pillao mirándole las tetas; mi hermanica mamaba de una, pero la otra lucía en todo su esplendor, grande, redonda e hinchada de leche, y con el pezón muy oscuro y húmedo. La había cambiado de teta hacía muy poco.Debió de pasar muy poco tiempo, cuatro o cinco segundos a lo sumo, pero se me hicieron larguísimos. Entonces su voz me sacó del encantamiento.- Qué miras, cerdo.Levanté la vista a su cara, que me miraba fijamente e inmutable, como siempre. Por un momento me había quedado sin habla.- … eh … perdón –musité.- Se lo voy a decir a tu padre –me advirtió.- ¿Qué? ¿Pero qué le vas a decir? –noté que se me ruborizaban las mejillas rápidamente.- Que eres un cerdo que me mira las tetas.- Pero qué dices tía, me estás flipando... -estaba turbado, no entendía nada.La mujer continuó dando el pecho a la niña tranquilamente, pero me miraba entre airada y desafiante.- Y sigues ahí, pasmado, mirando. Ya lo creo que se lo ...
... digo a tu padre -continuó amenazando.- ¡¿Pero tú qué coño le vas a decir a él, eh?! ¡Si estás en pleno salón con las tetas al aire! ¡Yo qué culpa tengo! ¡Yo sí que voy a hablar con él! -reaccioné al fin.- Es que parece que no hayas visto unas tetas en tu puta vida. Igual es que no las has visto. Igual es que eres maricón. ¿Eres maricón? -se mofó con sorna.Aquello era la gota que colmaba el vaso. No contenta con aprovecharse de mi todo que podía y más, ahora se burlaba. Me entraron unas ganas tremendas de cruzarle la cara.- Mira, no te doy dos hostias porque tengo más talento que tú -dije, y me di la vuelta.Pero al alejarme, la escuché:- A lo mejor es lo que deberías hacer...-----Aquel episodio me aturdió bastante. Estaba muy cabreado. No había hecho nada, y no sólo me llevé una bronca, sino que encima fui insultado. ¿Qué debía hacer? ¿Hablar con mi padre? No me hacía mucha gracia, porque no me apetecía contarle ni la discusión, ni que su origen había sido que su novia iba con las tetas al aire por casa como si nada.Pensé otra cosa. ¿No me había llamado maricón? Se iba a enterar de lo maricón que era. En ese momento estaba solo en casa, así que aproveché la coyuntura. Subí a su habitación, abrí el cajón secreto y me puse a inspeccionar todo. Cogí los consoladores (nunca había tocado ninguno), y saqué toda su ropa interior. Era bonita, y tenía pinta de no ser barata. La olí toda, pero no había nada recién usado; el aroma era a suavizante. La dejé sin ningún cuidado en el cajón ...