1. La Mujer del Pastor


    Fecha: 12/10/2019, Categorías: Incesto Autor: ioelmejor69, Fuente: SexoSinTabues

    ... baje a ver quién podría ser, al abrir me encontré con un joven alto con barba cargando una gran mochila, pregunte: -¿Qué se le ofrece joven? El Pastor no se encuentra, vuelve hasta dentro de ocho días. -¿No me reconoces ma? ¿Tanto he cambiado? El joven cruzo la puerta al decir sus preguntas, con la luz interior, le pude ver mejor. Era la copia corregida y mejorada de Daniel mi marido, mucho más alto que el, con una mirada brillante, una seguridad y aplomo que no tenía nada que envidiar aun a hombres mayores, tiro al suelo su mochila al tiempo que camino hacia mí. -¡Hijo, cuanto has cambiado!, ¡estas mucho más grande y hermoso que como te recordaba! Tuve que terminar la oración en brazos de mi hijo quien se había agachado un poco para tomarme entre sus brazos y cargarme de la cintura como si mi peso no significara nada. Me tenía sujeta fuertemente entre sus brazos, mis piernas colgaban a la altura de sus rodillas, su cabeza se colocó entre mis brazos y lo siguiente que sentí fue una descarga eléctrica que me provoco al besar la parte baja de mi cuello, besaba repetidamente, al bajarme yo temblaba y el continuo sus besos por todo mi rostro, beso mi frente, mis parpados, mis mejillas, mi boca, el otro lado de mi cuello, nuevos chispazos de corriente llegaron a mi cerebro, volvió a levantarme y estiro sus brazos como si cargara a una pequeña criatura, su mirada brillante estaba radiante de felicidad, -¡Estas hermosa ma! ¡Tal como te recordaba! ¡Preciosa! Me deposito nuevamente ...
    ... en el suelo y siguió prodigándome de besos cortos en toda mi cara y mi cuello, soporte bastante bien el calor que sus caricias me provocaban, con ese manejo no me percate que con tanto trajín, la bata se abrió por completo y mostraba mi desnudes completamente, al separarse mi hijo se me quedo viendo y su rostro se ilumino con una amplia sonrisa. -¡Hermosa! ¡Divina! ¡Tal y como te imaginaba! Dijo tomándome de las manos. Me solté de sus manos y de forma apresurada anude mi bata lo mejor posible quedando brevemente un seno fuera que acomode lo mejor que pude, los colores y calores corrían por todo mi cuerpo. Pasa hijo, pasa, dije caminando al interior de la sala y encendiendo todas las luces, mi hijo como en desgano, empujo su mochila con el pie y cerró la puerta. Me siguió en mi recorrido y repentinamente me abrazo por la espalda pasando sus brazos por encima de mis senos que sintieron con placer lo fuerte del abrazo, sin quererlo, mi cuerpo vibro y provoco una ligera humedad en mi entrepierna, mi hijo volvió a enterrar su cabeza entre mi cuello después de respirar entre mis cabellos y dando un par de sonoros besos que me hicieron temblar. ¡Ma, hueles riquísimo! ¡Tú aroma y su recuerdo era lo único que había veces que me hacía dormir! ¿Quieres cenar? Debes tener hambre. ¡Claro ma me comería un caballo! ¡Pero me quiero bañar primero si no te importa! Anda hijo, ve, mientras te preparo algo. ¡No me tardo! Dijo subiendo de dos en dos los escalones de la escalera. Trate de no pensar ...
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