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Los demonios de Yahir. Aventuras en Monterrey, el regreso de Eduardo Part 1
Fecha: 13/10/2019, Categorías: Gays Autor: Diosdelagua, Fuente: SexoSinTabues
... momento podía sentir todo al flor de piel. Caminé hasta el closet y busqué en el rincón, en el último cajón y debajo de algunas camisas, casi escondida, oculta de cualquier contacto con el exterior, una playera negra que solo buscaba cuando las cosas en verdad estaban mal, hacía mucho tiempo que no la requería, hasta había pensado tirarla a la basura pero justo cuando la tuve en mis manos, la olí y suspiré su aroma, era la playera que había sacado de la maleta de mi primo el día en que se fue para no regresar, Eduardo estaba allí, era como un abrazo, como un te quiero que estaba atrapado en esa tela y en mi corazón, este empezó a latir de una forma que hasta me dolía y yo solo podía cuestionarme ¿Por qué a mí? ¿Por qué no pude tener una vida “Normal”? Si mi bisexualidad estaba destinada ¿Por qué no me enamoré de alguien más? De algún extraño, de algún amigo ¿Por qué tenía que amar a ese idiota de esa manera tan intensa? O mejor aún ¿Por qué Eduardo no me amaba ni siquiera un poco de cómo lo amaba yo? Me recosté en la cama mientras no dejaba de suspirar y esas preguntas daban vueltas en mi cabeza, entonces supe que necesitaba ir a Monterrey a verlo para aclarar tantas cosas, para poner los puntos sobre las íes y quizá para darle fin a toda esa tonta y absurda historia que ya se había prolongado demasiado tiempo y que solo dejaba estragos en mi alma y en mi diario vivir. Estaba dispuesto a ir hasta allá solo para verlo, pero ¿Qué haría? ¿Lo besaría, le diría cuanto lo amaba? O ...
... ¿Sólo iba a lastimarme más? Tenía que correr el riesgo. Me acosté en la cama con esa playera en mi rostro y diciendo “Te amo más que a mi propia piel Eduardo” Y entonces, me quedé dormido. Los días siguientes a la confirmación a mis padres de que sí iría a Monterrey fueron demasiado extraños y difíciles, cada vez se acercaba más el día, era como si mi piel estuviera recortando todo y al mismo tiempo preparándose. En las noches no podía dormir porque una desesperación y nostalgia se apoderaban de mi a tal grado de impedirme descansar y la única manera de apaciguar todo eso era, escribiendo y llorando algunas veces, las líneas que salían de mi eran tan apasionadas que tocaban los puntos vulnerables de mis sentimientos. Finalmente, el día llegó, esa mañana debía tomar mi avión hasta la casa de Eduardo, un departamento lujoso donde había toda clase de profesionista y para que lo sepan, Eduardo no mantuvo contacto conmigo ni siquiera al saber que iría a visitarlo, sólo habló con mis padres con quienes acordó la dirección y los detalles que a mí me aburrían demasiado. Debía tomar un taxi desde el aeropuerto hasta su casa. — ¿Es la primera vez que vuelas?— Dijo la sobrecargos, porque me veía muy nervioso desde que abordé el avión—No, pero es la primera vez que lo hago con emoción por llegar a mi destino— Dije con una sonrisa entrelazando mis dedos y poniendo los puños entres mis piernas mientras temblaba por la espera— Todo saldrá bien, sólo serán dos horas de viaje. Cuando bajé del ...