-
Los demonios de Yahir. Aventuras en Monterrey, el regreso de Eduardo Part 1
Fecha: 13/10/2019, Categorías: Gays Autor: Diosdelagua, Fuente: SexoSinTabues
... avión y me dirigí a la salida para tomar un taxi, me sorprendí quitándome el indicio de una lagrima en mi ojo izquierdo cubierto por mis lentes de sol, ya no había marcha atrás, estábamos en la misma ciudad Eduardo y yo, quien diría que todo era tan sencillo, pero necesitaron pasar algunos años para darnos cuenta que la distancia era tan corta pero el orgullo tan grande, tanto como para separar nuestros corazones. Abordé un taxi que me llevó a la dirección escrita en el papel que llevaba en la mano y en el camino iba ensayando que decirle a Eduardo cuando lo tuviera en frente, la tensión me estaba matando y los nervios me hacían casi tartamudear ¿Seguiría siendo el mismo? O ahora sería estricto, era un abogado, tenía que ser astuto y convenenciero, pero yo deseaba que el Eduardo que yo conocí estuviera allí esperándome con los brazos abiertos, para estrujarme como tanto lo hacía y me dijera que nos íbamos a divertir jugando en la calle como cuando yo tenía diez y el veinte. Llegué a ese inmenso edificio donde vivía Eduardo y cuando me dirigí a la recepción, el recepcionista, un joven de unos veinticinco años, con un acento muy gracioso dijo— ¿Usted es Yahir verdad?— Su pregunta me había dejado demasiado sorprendido— Así es… ¿Nos conocemos?— Dije algo extrañado— Es que el señor Eduardo lo describió muy bien, aquí tiene— Dijo el chico entregándome una llave— ¿El señor Eduardo?— Pregunté con una sonrisa y después pensé “Es cierto idiota, ya tienes casi treinta”— Sí, él llega ...
... como a las cinco de la tarde, me dijo que vendría un chico muy guapo y que iba a llegar como a esta hora, aunque eres más alto de lo que él describió, en fin, es en el tercer piso, puedes subir por el ascensor— Sonreí cuando el joven me dijo todo eso y me recordó los halagos que casi siempre recibía, pensé que entones Eduardo esperaba verme convertido en todo lo que él me prometió que sería— Gracias— Dije sonriendo y empezando a caminar. — Oye disculpa— Entonces me detuve— Crees que tú y yo podríamos ir a algún lado está noche, ya sabes, a divertirnos un rato— Dijo el joven y travieso recepcionista guiñándome un ojo— Vaya, veo que los del norte no son nada cohibidos, pero lo siento, estaré muy ocupado estos días, quizá en otras circunstancias— Dije mientras me iba hasta el ascensor para llegar hasta donde vivía Lalo. Cuando abrí la puerta, experimenté un miedo tan grande que ni siquiera me he podido explicar, sabía que Lalo no iba a estar ahí, pero de cualquier manera, el ver su casa, sus pertenencias, me daba demasiado miedo, eran las 3:55 pm, faltaba un poco más de una hora para que mi primo llegara. Metí la llave en la perilla y la giré lentamente como si esperara encontrarlo adentro, entonces mientras suspiraba y tomaba valor para entrar, por alguna razón, experimenté un mareo y un dolor de cabeza intenso, quizá el viaje me había aturdido un poco, tantas emociones y mi desdén hacia el desayuno y la comida por culpa de la emoción, me estaban haciendo sentir mal Cuando estuve ...