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Los demonios de Yahir. Aventuras en Monterrey, el regreso de Eduardo Part 1
Fecha: 13/10/2019, Categorías: Gays Autor: Diosdelagua, Fuente: SexoSinTabues
... adentro me sentí de nuevo como un niño que llega por primera vez a una juguetería, examiné el lugar con minuciosidad, la sala, la concina, el comedor, todo era tan lujoso y al mismo tiempo tan del estilo de mi primo, la sala tenía una alfombra, sillones y cortinas color verde en diferentes tonalidades “Vaya, vaya, vaya, miren quien es el que está obsesionado con sus ojos” Dije mientras sonreía e inspeccionaba todo. El lugar tenía un aroma a pinos que iba acorde con la decoración, tenía muchos cuadros, su título universitario, diplomas, reconocimientos, Eduardo sí que sabía ser humilde a la hora de mencionar sus logros, pero justo cuando giré la cabeza, a unos cuantos pasos de mí, había un buró con un portarretrato color plata encima, lo tomé entre mis manos y lo pegué a mi pecho, así es, era nuestra foto del día que cumplí catorce años, la esperanza de que Eduardo me esperaba y me quería tanto como yo a él, volvió a nacer en un instante “Entonces nunca me olvidaste, ahora solo necesito averiguar por qué nunca te atreviste a decírmelo. ” Me di cuenta que había 3 habitaciones, una donde había toda clase de aparatos para acondicionamiento físico, el de huéspedes y el de Eduardo que al parecer estaba cerrado con llave, rayos, sí que sabía que iba a llegar antes que él y no me dejó husmear en sus cosas. Luego de revisar casi todo el departamento, me senté en la sala con un pequeño dolor de estómago, no había estado comiendo muy bien y los nervios no ayudaban nada en mi estado de ...
... salud, pensé que ojalá Eduardo cocinara igual que siempre. Puse mi maleta en un rincón y comencé a ver por la ventana de la sala toda la ciudad, miré las casas, los autos y pensé si había alguien por allí tan nervioso como yo en esos momentos. En ese instante escuché un ruido que me heló la espalda, la puerta se estaba abriendo. Ya era más de las cinco y yo no había sentido pasar el tiempo, cuando estuve seguro de que mis sospechas eran ciertas, la puerta se estaba abriendo, me quedé paralizado y con el cuerpo frio, pensé que iba a morir por causa del miedo, apreté los puños y contuve la respiración unos segundos, cuando de pronto escuché como la puerta se cerraba, como puso sus llaves en una repisa y el sonido de sus zapatos de oficina al caminar, de pronto solo preguntó. “¿Yahir?” Su voz. Su voz volvió a mí causando estragos en mi alma. No voy a mentir, me costó mucho voltear, como si me estuviese esperando un ajuste de cuentas del cual no saldría vivo, pero lo hice, no sé cómo ni de dónde saqué las fuerzas, solo giré lentamente mi cuerpo para encontrarme con Eduardo. Y allí estaba él, mis ojos se encontraron con los suyos y en ese instante un terremoto de emociones y sentimientos se generó entre nosotros, como si en esa mirada nos estuviésemos contando todos los años que no estuvimos juntos. No podía hablar, por más que intentaba decir algo no puede, mi boca estaba sellada y mi cuerpo paralizado, él estaba igual que yo, me vio de pies a cabeza, miro mi estatura, era más ...