-
Los demonios de Yahir. Aventuras en Monterrey, el regreso de Eduardo Part 1
Fecha: 13/10/2019, Categorías: Gays Autor: Diosdelagua, Fuente: SexoSinTabues
... alto que sus expectativas, mi cuerpo delgado y marcado, mi cabello, mi sonrisa, mis ojos, mi boca, todo. Parecía que no creía lo que estaba viendo. Yo también lo miré con detalle, seguía igual, hermoso, sus labios carnosos, sus cejas pobladas, sus pestañas, su cabello un poco más largo peinado hacia atrás, su semblante, su sensual cuerpo y esa barba de candado que lo hacía ver tan maduro. Debieron pasar unos instantes cuando él finalmente reunió las fuerzas para decirme algo. — Has crecido tanto que. Casi no te reconozco— Tartamudeó, en ese momento me lancé en un abrazo contra él, me recibió como debió hacerlo hace mucho tiempo, me fundí con él por ese instante, en su pecho, en sus brazos, el corazón estaba tan acelerado que podía escucharlo en mis oídos y también escuché el suyo, en su calidez me perdí y lo estrujé al igual que él a mí, las pequeñas lagrimas emanaban por mis ojos y las suyas igual— Te extrañé mucho. — Le dije con la voz cortada y respirando su aroma a canela que me hizo sentir más vivo que nunca— Y yo a ti enano. — Puso su mentón en mi cabeza y me abrazó fuerte para sentir su cariño. Luego de eso nos vimos a los ojos, él enjuagó mis lágrimas, me sonrió como si quisiera tranquilizarme pero era imposible, me sentía tan emocionado, tan furioso, tan feliz y tan triste, era una mezcla de sentimientos que me atacaban en ese momento, él también estaba llorando y emocionado que me costó separarme de él. Seguimos abrazados hasta que nos tranquilizamos y entonces ...
... pudimos separarnos. Él me vio a los ojos en ese instante, quiso encontrar en ellos los restos de mis sentimientos e inconscientemente estos resucitaron en un segundo, lo miré, le dije con mi mirada cuanto lo amaba, cuanto me hizo falta y él me dijo con los suyos que había estado tan solo, que su vida estaba vacía y que me había extrañado tanto, nos fuimos acercando poco a poco, cada instante un poco más, como si por instinto supiéramos lo que debíamos hacer, en ese momento nuestras bocas se acercaron hasta casi tocarse, cerramos nuestros ojos y nos entregamos a ese sentimiento, íbamos a besarnos como hace mucho tiempo debimos hacerlo, como si nuestros labios se extrañaran y quisieran volver a sentirse vivos. Pero no, no lo hicimos porque él se apartó de mí y rompió esa atmosfera maravillosa. — ¿Y cómo están mis tíos?— Preguntó con curiosidad apartándose de mí y aclarándose la garganta, yo casi caigo de frente al descubrir que ya se había apartado y que no me había besado, recibí un golpe en mi corazón como cuando me rechazó por primera vez— Están bien. Eso creo— Me costaba asimilar todo eso tan rápido, estaba por fin con Eduardo, después de tantos años, luego de tantas noches de añorarlo y de tantos sentimientos reprimidos, después del drama del siglo XXI, él solo me preguntó por mis padres. — ¿Quieres comer algo? Debes estar muy cansado por el viaje— Dijo Eduardo quitándose su saco y colgando en el perchero que estaba cerca de la puerta— Estoy bien gracias, estoy aquí porque. La ...