1. Dudas existenciales: Nora se adentra en una nueva aventura


    Fecha: 08/09/2017, Categorías: Erotismo y Amor Autor: Tothem, Fuente: CuentoRelatos

    ... Es que mi móvil aparte de no tener cobertura me ha terminado la batería.
    
    Llamé a mi marido y me crispé más de los nervios al saber que no estaba con los niños, encima sospeché que me escondía algo, se excusó que estaban en la casa de su madre y como no, él debía estar con su joven secretaria. Pedí un whisky doble, estaba enfurecida. Me sentía ridícula en ese bar con ese vestido, estaba desubicada. Ni tan siquiera este sitio es bonito ni romántico. Miraba con ojos de otra persona y necesitaba repasar el mundo, porque tenía la impresión de que había algo que se me escapaba.
    
    —Si necesita volver a llamar solo tiene que pedirme el móvil —dijo una voz joven a mi lado—. Perdón, pero no he podido evitar oírla cuando estaba con los dardos.
    
    —Ere… eres muy amable, pero ya he… he llamado —dije sorprendida.
    
    —Va usted muy elegante.
    
    —Gra… gracias, pero venía de una fiesta y la tormenta me ha pillado… he tenido que parar.
    
    —Sí, tiene razón, estas tormentas de verano son fuertes, pero escampan rápido.
    
    —¡Qué pasa aquí, veo que has encontrado mejor compañía, qué cabronazo e hijo puta eres, me has dejado solo con los dardos —exclamó un hombre ya entrado en años tras nuestro.
    
    —Bueno, la señora… he creído pode ayudarla —contesto el joven.
    
    —¡Qué nos pongan otra ronda, coño, para mi más cerveza! —exclamo en tono jocoso y dejando entrever una boca desdentada.
    
    —Yo no sé… si… de… dejarles, me siento cansada… mirare si encuentro —respondí algo confusa.
    
    —Para nada señora, ...
    ... no se asuste… mi amigo solo quiere ser simpático —dijo él y dirigiéndose al camarero le pidió otra copa para mi.
    
    —¿Has venido de fiesta, o qué? —pregunto en tono interrogante el hombre.
    
    —Perdone, pero mi amigo se llama Tiburcio, y yo Víctor; ni siquiera nos habíamos presentado.
    
    —Yo soy Nora, encantada.
    
    —La veo algo apesadumbrada, y no se preocupe por el vestido, le sienta de maravilla.
    
    —Gracias por tu interés, pero es que hoy he tenido muchos pormenores que me han cambiado el humor —dije en un tono agradecido y algo impresionada.
    
    —¡¡Estás para darte un meneo!! —Dijo Tiburcio para después eructar de forma sonora--- y ahora señores voy a echar una meada.
    
    —No se lo tenga en cuenta, trabaja toda la semana, tiene su familia lejos, ha venido a sacar el jornal. Trabajamos duro en la obra.
    
    —No hay nada que reprochar, todo el mundo vale lo mismo, no te preocupes. Por cierto, tú tienes vocabulario, no te pega con gente de la obra, sin menospreciarlos, claro.
    
    —Gracias de su parte, es que trabajo para sacarme una carrera, en casa no pueden darme estudios…
    
    En esos momentos me sentía algo eufórica, el licor estaba empezando a hacer efecto. Observe bien a mi joven interlocutor, era de facciones finas, rubio y un cuerpo muy equilibrado, me alegre de que aún yo tuviera ese poder de seducción aparente, el gimnasio como me dijo mi entrenador había dado resultados, era prieta y si bien los pechos eran algo grandes y empezaban a caerse el culo era prieto debido a la ...
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