El JUEGO con mi cuñada nalgona
Fecha: 16/10/2019,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues
... ahora si encontramos la caja? - Si claro, pero a ver si AHORA SI es EFECTIVA nuestra búsqueda – le dije en tono como de reclamación. - Pues depende de ti, depende de que encuentres la caja. - ¡Ah! ¿depende de mí? - Claro cuñadito, depende de que LA ENCUENTRES. Creo que lo entendí, ¡hija de su madre! Estaba en serio JUGANDO conmigo, jugando LITERALMENTE. Entramos al cuarto y de nuevo ella se mete, me pongo detrás de ella, le pego mi pene y empezamos: - Entonces cuál caja pues, Jenny. - ¡Esa! la de arriba, ya te lo había dicho. - Es que no la veo. Repetimos, ella poniéndose de puntas e inclinando el torso hacia adelante, yo detrás de ella viendo como ese culote en forma de corazón invertido de color blanco se pegaba y se hundía en mi pantalón y se frotaba contra mi pene erecto. Que se me ocurre decirle: - ¿Esta caja? (yo señalé a lo pendejo, no había visto ni madres) - Si, ESA. - ¿Esta? - ¡Si, esa! - ¿Esta? - ¡Si, esa! Cada vez que le decía “¿ESTA?” le repegaba la verga aún más contra sus nalgotas de blanco y la aventaba hacía adelante: - ¿Esta es la que me decías? - ¡Siii, esa es la que te decía! - ¿ESTA es la que quieres? - ¡Siii, ESAAA! Ella ya no señalaba nada, había bajado sus dos brazos y se recargaba en las cosas que tenía adelante, se inclinó aún más y paró más sus nalgas. - Déjame preguntar de nuevo, Jenny, ¿ESTA ES LA QUE QUERÍAS? - Si Dani, esa mera, ¡ESAA!. ¡ESA!. ¡ESA!. ¡ESA!. ¡ESA!. ¡ESA!. En ese momento estábamos en un vaivén y decía “ESA” cada vez que se la ...
... empujaba. Yo tomándola de la cintura la hacía para atrás y adelante. Después de un ratito la abracé, la levanté y le acaricié sus pechos que aunque estaban pequeños, se sentían suaves y ricos por encima de la ropa, le empecé a besar el cuello por detrás, esta vez no se retiró, al contrario, arqueó la espalda y empezó a gemir casi en silencio. - ¡MMMMMMMM!. ¡MMMMMMM!. ¡Por fin la encontraste, Danielito!, ¡ESAAAA! Se me despegó un poco y llevó su mano hacia atrás, empezó a sobarme el pene sobre el pantalón; yo le correspondí, empecé a acariciarle las nalgotas con una de mis manos y con la otra le sobaba los pechos, esta última la comencé a bajar hasta su vientre, luego a su pubis y finalmente a su vulva, empezó a gemir más, pero se los aguantaba, el maldito cuarto no tenía puerta y nos podrían oír afuera. Seguía besando su cuello por detrás mientras ella me la sobaba y yo le acariciaba sus labios vaginales y su culo, todo sobre la ropa, era MUY EXCITANTE, se contoneaba de placer, como bailando de forma sexy. De repente se dio la vuelta y nos besamos apasionadamente, le seguía sobando las nalgas y la vulva, se sentía tan suavecito y lisito sobre sus leggins, obvio sentí como ya estaba mojadita de abajo. Ella continuaba sobándome el pene, con la palma de la mano abierta, con los dedos, en círculos, hacia los lados, ¡vaya que sabía hacerlo!. Duramos un rato así, besándonos, yo manoseándola y ella masajeando mi verga. En eso oímos: - ¡Jenny, tu hija quiere ir al baño! “¡PERRA MADRE, ...