1. Ana 1, un regalo del tipo de seguridad


    Fecha: 17/10/2019, Categorías: Grandes Series, Autor: Gabriel B, Fuente: CuentoRelatos

    ... vendría. Me dispuse a masturbarme encima de su cara. Ella hizo un ingenuo intento de taparse con las manos, cosa que neutralicé fácilmente sacando una de sus manos con la mía, mientras que a la otra la mantenía apretada contra el colchón con mi rodilla. Por fin pareció resignarse, pero como no quería que en el último momento diese vuelta la cara, usé mi pierna libre para apresar su otra mano, y teniendo las dos manos liberadas mientras con una me masturbaba, con la otra le agarraba la carita, asegurándome de que estuviese boca arriba. Sus ojos hambrientos me miraban apáticos mientras mi leche salía a chorros, bañando su dulce rostro.
    
    Me sorprendió la cantidad enorme que expulsé. La mayor parte cayó encima de su boca, pero pequeñas gotas se desparramaron tanto en su pelo como en sus pechos.
    
    Germán todavía seguía montándola. Sentí envidia. Pero me confortaba ver la cara de esa mujer tan singularmente hermosa rociada con mi leche, me parecía la imagen más bella del mundo. Luego se me ocurrió la idea menos original del mundo, y sin embargo era tan tentadora que no pude dejar de hacerlo:
    
    Empecé untando con mi dedo índice ...
    ... el semen desparramado en sus tetas. “no”, gritó ella, que sabía lo que venía. Pero con un suave cachetazo y un “cállate puta” se tranquilizó. Llevé el semen hasta que se juntó con el montón que rodeaba su boca y lo arrastré hasta la abertura de los labios, los cuales cedieron esta vez sin mucho esfuerzo. Claro que no se lo tragó, como buena puta sabía del tema. Lo mantuvo en su boca hasta que Germán finalmente acabó encima de su ombligo y fue a bañarse y a escupir todo lo que le quedaba en la boca.
    
    Germán volvió a su puesto, y yo volví a mi departamento, dejando a Ana sola en el baño, limpiándose de tanta leche recibida. Podría haberme quedado más tiempo a solas con ella y hacer con su cuerpo lo que quisiese. Pero por en un momento, toda lo que acababa de pasar me impactó tardíamente, pero con tanta contundencia, que necesite salir de ahí para despejar mi mente y volver a la realidad.
    
    Sin embargo ahora conocía a Ana, era una mujer que fingía ser difícil, pero cuando se la arrinconaba, era fácil dominarla y poseerla. Ya se me ocurrirían excusas para estar a solas con ella, y esta vez no me conformaría con penetrar su boca. 
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