1. La decente


    Fecha: 20/10/2019, Categorías: Incesto Autor: Quique., Fuente: CuentoRelatos

    ... mucho tiempo.
    
    Me volví a sentar. Besé su cuello. Se apartaba de mi. Logré besar la comisura de sus labios. Volví a meter una mano bajo su blusa. Ya le pude acariciar las tetas un poquitín más, pero acabó por quitármela. Saqué la polla, dura como una piedra y se la acerqué a su mano. Apartó la mano. La meneé un poquito Ella seguía a lo suyo.
    
    -Sí, en todos los sitios se cuecen habas.
    
    Me volví a arrodillar. Volví a besar y meter mi lengua en su ombligo. Me apartó con una mano, con suavidad. Besé sus rodillas. Quise abrir sus piernas de nuevo, No había manera.
    
    -No, no estoy sola. El hijo de la vecina vino a hacerme un favor.
    
    Me senté otra vez en el sillón. Le levanté la blusa. No llevaba sostén. Tenía unas tetazas, con grandes areolas negras y pezones de punta. Quise comérselas. Me apartó de ella con otro empujón. Tapó el móvil con una mano, y en bajito, me dijo:
    
    -Como me sigas tocando las tetas te doy una hostia que te pongo a dormir.
    
    Lo dijo con tanta seriedad que dejé de molestarla. Comencé a masturbarme mirando para sus tetas y para sus labios. La Decente, mientras hablaba con su marido, no perdía detalle de lo que hacía yo con mi polla.
    
    -Sí, la carta para el alcalde.
    
    Mi polla estaba echando cantidad de aguadilla. Nos estábamos mirando a los ojos. Yo, cuando me iba a correr, cerraba los ojos, mordía los labios y paraba de menearla. Así estuve casi cinco minutos. Cuando ya sentí que con otro toque me corría, paré. No quería mancharle el sillón.
    
    A ...
    ... pesar de lo que me había dicho, le volví a tocar una teta, por encima de la blusa. No me quitó la mano. Le levanté la blusa. Seguía sin decirme nada. Acaricié sus tetas. Me emocioné. ¡Se estaba dejando! Mamé, chupé y lamí sus grandes tetas, sin hacer ruido. Me arrodillé. Besé sus rodillas. Abrió las piernas. Se recostó en el sillón. Le levanté la falda. Con mis labios y mi lengua fui besando y lamiendo el interior de sus muslos. Llegué arriba. Tenía las bragas mojadas. Las aparté. Pasé mi lengua por su clítoris. Tapó la boca con una mano, y el móvil con la otra. Después, me apartó la cabeza de su chochito. Se bajó la falda, y le dijo a su marido:
    
    -Se me acaba la batería del móvil. Paco... Chao, chao.
    
    Acabó de hablar con su marido, y me preguntó:
    
    -¿Quién te aprendió a hacer estas cosas?
    
    -Se aprende mirando películas porno.
    
    -¿Es tu primera vez?
    
    -Si.
    
    Cogió mi polla, se la metió en la boca y comenzó a chuparla, con voracidad. Cuando vio que me iba a correr, me dijo:
    
    -¡Dámela!
    
    -¡Toooooooma!
    
    Dejó que saliera el primer chorro. Después, puso su lengua sobre mi polla, y decía:
    
    -Que rica, que rica, que rica...
    
    Acabó bebiendo la leche del final de mi corrida. Luego se echó hacía atrás en el sillón y volvió a abrir de piernas. Le quité la blusa y estuve largo rato magreándola. Chupando, lamiendo, mamando y acariciando sus pezones y sus negras areolas. Le quité la falda. Ella se quitó las zapatillas. Empecé besando, lamiendo y masajeando los dedos y las ...
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